La faraónica pirámide de Ceausescu
Más voluminoso que la pirámide de Keops, sólo inferior por tamaño al Pentágono, el faraónico palacio presidencial que Nicolai Ceausescu hizo construir hace sólo dos décadas es sintomático del lastre que el dictador rumano dejó sobre una población depauperada como la de Rumania.
Los reyes visitaron ayer sólo una mínima parte de los 330.000 metros cuadrados de construcción, levantados sobre una superficie de 66.000, que contiene este mastodóntico edificio dedicado hoy a Parlamento. Piedra, mármol, maderas y estuco son los materiales nobles de una obra realizada por 700 arquitectos -fundamentalmente entre 1984 y 1989-, con un coste que nadie ha sido capaz de calcular, ni en dinero ni en vidas humanas.
La avenida que lleva hasta el edificio, diseñada al mismo tiempo y con todas sus construcciones en el estilo del palacio sobre "una longitud similar a la de los Campos Elíseos de París", ha quedado bautizada como la Avenida del Pueblo, porque "se construyó con el sacrificio de los rumanos", según explica un guía.
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