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Julio de España, de fiel escudero de Zaplana a segunda autoridad pública

Julio de España (Alicante, 1947) ha coronado su etapa política en Alicante con el salto a la presidencia de la Cortes Valencianas. De España, presidente provincial del PP, y de la Diputación alicantina en los dos últimos mandatos, será elegido hoy presidente del parlamento autonómico y se convertirá en la segunda autoridad pública de la Comunidad Valenciana por deseo expreso del líder de los populares valencianos, Eduardo Zaplana. El ministro de Trabajo premia así el férreo seguidismo de De España a sus consignas en Alicante.

Julio de España obtiene de esta forma una formidable recompensa, gracias a ambiciones políticas ajenas, en este caso, las del vicepresidente en funciones del Consell, José Joaquín Ripoll. La decisión de éste de seguir su carrera política en Alicante llevó a Zaplana a hacer encajes de bolillos. Ripoll apuntó a la presidencia de la Diputación como paso previo a la alcaldía, extremo que acarreaba el desalojo del actual inquilino del Palacio Provincial.

El presidente de las Cortes llega al cargo tras dirigir ocho años la Diputación de Alicante

Inicialmente, las aspiraciones del vicepresidente irritaron a De España. En octubre de 2002, cuando la maniobra trascendió las bambalinas populares, De España amagó con dejar la política y volver a su actividad privada, la medicina, que tenía aparcada desde principios de los noventa cuando desembarcó de lleno en la política.

El malestar de Julio de España desapareció en cuanto Zaplana dejó entrever el destino político que le tenía reservado. Desde mucho antes de los comicios, el ministro dejó claro que la fidelidad de De España no iba a caer en saco roto: "Está llamado a ocupar una alta responsabilidad en la Comunidad", repetía, una y otra vez, Zaplana.

El líder popular pone en manos de este médico estomatólogo un cargo muy sensible a las formas, incluidas las de expresión. De España apenas usa el valenciano en sus intervenciones públicas, aunque está capacitado para hablar en la lengua autóctona. Por otra parte, llega al nuevo puesto con otra rémora destacada de su paso por la Diputación: algunas polémicas decisiones donde a veces se ha confundido lo privado con lo público.

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