Los 55 diputados del PP votarán a su candidata "como pidieron sus electores"

El Partido Popular se va a apoyar "única y exclusivamente" en sus 55 diputados en la Asamblea de Madrid, y en su condición de "partido más votado" que "quedó al borde de la mayoría absoluta", para encarar la compleja evolución de las próximas semanas hasta ver si es posible la proclamación de un presidente de la Comunidad de Madrid. El PP niega que se vaya a apoyar en los dos diputados socialistas ayer ausentes, por su "rechazo rotundo a los tránsfugas".

Y niega con el mismo énfasis haber tenido ni información previa ni la más mínima participación en la inopinada decisión de Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, dos miembros de la corriente socialista conocida como renovadores por la base que ayer fueron expulsados del PSOE. "No encontrará nadie ningún pago a ninguno de esos dos porque no existe tal cosa", aseguraron ayer fuentes oficiales de ese partido. Los populares calificaron ayer de "insidias", "falsedades" e "infamias" las insinuaciones que Gaspar Llamazares y, de forma más velada, Rafael Simancas, lanzaron sobre la posibilidad de que la decisión de Tamayo y Sáez tuviera alguna oferta detrás.

Tras negar su conocimiento ni participación en la espantada dada por los dos renovadores por la base, el PP mantiene que el "mandato de sus votantes, más de 1,4 millones de madrileños", consiste en que los 55 diputados populares respalden a Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid. "El PP es un partido serio y coherente y se va a comportar como tal", aseguró ayer su secretario general, Javier Arenas. Los 55 parlamentarios del PP votarán, por tanto, la investidura de Esperanza Aguirre si la nueva presidenta de la Asamblea, Concepción Dancausa, así se lo propone.

La presidenta de la Asamblea tiene ahora quince días para consultar a los portavoces de los tres grupos: Esperanza Aguirre, del PP; Rafael Simancas, del PSOE, y Fausto Fernández, de IU. Tras preguntarles con qué apoyos cuenta cada uno, propondrá a quien crea que será más respaldado que defienda su discurso de investidura en un pleno convocado entre tres y siete días después

Lo primero que tendría que ocurrir en ese pleno de investidura es que los dos parlamentarios ayer ausentes (o, si el PSOE consigue convencerles de que entreguen su acta de diputado, los dos siguientes socialistas en la lista) prometan o juren su cargo. "Es el PSOE quien tiene un problema interno, que debería resolver [José Luis Rodríguez] Zapatero y no intentar trasladarlo ni a la sociedad ni al resto de las fuerzas políticas", aseguró Arenas.

El PP acariciaba ayer la posibilidad de que los dos expulsados del PSOE sigan ausentándose, en cuyo caso la Asamblea tendría sólo 109 diputados y la mayoría absoluta sería de 55, es decir, justo los que logró Aguirre. En el muy improbable caso de que los dos ausentes persistieran en su inasistencia por tres plenos consecutivos (el de ayer y dos más), el Reglamento de la Asamblea de Madrid prevé que queden suspendidos en sus funciones. Algo así ocurrió en el Congreso de los Diputados con parlamentarios de Herri Batasuna.

Esta hipótesis es la menos probable, y el PP asume que estará en minoría de 55 diputados cuando haya que votar la investidura. Y asume que si los dos expulsados del PSOE y los diputados de IU votan a Rafael Simancas, él será el presidente elegido en primera vuelta. De lo que el PP no quiere saber nada es de los dos ausentes. Pero, en minoría de 55 y con la abstención de esos socialistas expulsados, Aguirre podría ser elegida presidenta en segunda vuelta. "No es la mejor de las situaciones pero así se ha gobernado muchas veces en España", aseguran en el PP.

También es posible que nadie salga elegido, si los dos fugados votan en contra de Aguirre y tampoco respaldan a Simancas. En ese caso, las elecciones se repetirían en otoño. Pero el PP no hará "nada raro" para provocar esa convocatoria de elecciones.