Arenas: "Sólo en las repúblicas bananeras se pactan decisiones judiciales"

"Es un auténtico disparate plantear que se pueden negociar las decisiones judiciales", respondió ayer Javier Arenas, secretario general del PP, a las peticiones de negociación del lehendakari, Juan José Ibarretxe. El jefe del Gobierno vasco propuso el domingo crear una improvisada mesa de negociación con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y con el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, para "hablar de soluciones" sobre la decisión del Tribunal Supremo de exigir al Parlamento vasco la disolución del grupo Sozialista Abertzaleak (SA), sucesor de Batasuna.

"Sólo en las repúblicas bananeras se pactan las decisiones judiciales, pero eso no se hace en un Estado de derecho", apostilló Arenas antes de subrayar que "en 25 años de democracia en España ningún político solvente ha planteado nunca negociar lo que deciden los jueces, pues eso equivale a pedir que se negocie el mismo Estado de derecho".

El secretario general del PP pidió al PNV que, "en lugar de plantear reclamaciones disparatadas, recapaciten", cumplan las normas y retiren "su propuesta secesionista". Arenas negó rotundamente que el Gobierno esté pensando siquiera en suspender la autonomía del País Vasco como solución al conflicto institucional creado por la negativa del Parlamento de Vitoria a suspender SA. El PP y el Gobierno, aseguró, confían en que "la justicia brille" y se cumpla lo que ha determinado el Supremo, porque "en un Estado de derecho nadie puede situarse al margen de la ley".

Suspensión

Arenas criticó de paso al líder de IU, Gaspar Llamazares, y al coordinador de esta coalición en el País Vasco, Javier Madrazo. Este último ha pronosticado que el Gobierno terminará por suspender la autonomía vasca para zanjar el conflicto institucional, mientras Llamazares no lo descarta: "Quién nos iban a decir hace unos meses que íbamos a presenciar cómo el Tribunal Supremo encausa al presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa". Si eso era inimaginable, sostiene Llamazares, la escalada de enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas también podría llegar al extremo de la ruptura total.

Llamazares y Madrazo, por esta vez, están de acuerdo. Han pactado no impedir que la sentencia se cumpla. Por eso IU-EB se abstuvo en la Mesa y no acudió a la Junta de Portavoces. Esa decisión ha provocado problemas con los nacionalistas y críticas a Madrazo de un importante sector de su federación.

IU no impide el acatamiento de la sentencia, pero pide además que se plantee un conflicto de competencias. Entiende que el Supremo no puede violar la autonomía del Parlamento vasco. Mientras, el secretario general del PCE, Francisco Frutos, siempre crítico con Madrazo, se limitó a pedir que se acate la sentencia.