Unicaja devuelve el golpe

Se admiten apuestas. La eliminatoria de semifinales entre Pamesa y Unicaja está tan igualada que cualquier pronóstico sobre el resultado final es pura especulación. Todo es posible, y todo está en el aire. El equipo andaluz devolvió ayer el golpe del primer partido en Valencia e igualó la serie en un choque de trenes en el que brilló Gurovic al frente un soberbio juego exterior.

El técnico Maljkovic arengó a su tropa para cobrarse venganza por el mazazo del primer encuentro, que tuvo ganado y perdió en los últimos tres segundos por sólo un punto. Ayer ni siquiera existió esa opción. Los últimos minutos casi fueron una prórroga innecesaria. Unicaja había sentenciado el partido mucho antes, en el tercer cuarto.

La estrategia de la muchachada de Maljkovic no tiene secreto: ponerle el candado a los pívots del Pamesa, Oberto y Tomasevic a la cabeza. El argentino, que ya escucha campanas de la NBA, fue ayer el mejor de su equipo con 15 puntos y una habilidad recién descubierta para las asistencias, pero el Unicaja exhibió una gran defensa, con pocos espacios bajos los aros, donde el Pamesa siempre cocina su juego. El conjunto valenciano, con la lección aprendida del primer partido, comenzó con el acelerador pisado y un repliegue defensivo rápido. Montecchia anotó nueve puntos en un visto y no visto y Hopkins asumió el protagonismo mientras Tomasevic calentaba banquillo.

Sin embargo, Gurovic reclamó muy pronto para sí todos los focos. El alero fue un ejemplo de eficacia -no falló un tiro de campo hasta el minuto 26- y a su estela su subió toda la corte de lanzadores de Unicaja. Si el Pamesa masca las jugadas en la pintura, los malagueños son letales desde el perímetro. Ahí habita Gurovic, un jugador víctima de las rachas, que tan pronto desaparece como se convierte en imparable. El Pamesa sufrió ayer la segunda versión.

Hasta la segunda parte apenas se vieron errores, con los dos equipos a un altísimo nivel. Cualquier descuido y el rival que se alejaba. Y Unicaja no desaprovechó la oportunidad. En el tercer cuarto rompió la defensa en zona del Pamesa con un festival de triples, en primer plano Gurovic, y pegó el estirón (49-68). El equipo andaluz dio una vuelta de tuerca a su defensa, se aseguró el rebote ofensivo gracias a cierta pasividad del Pamesa, y corrió una y otra vez el contraataque. Resultado, el conjunto de Olmos acabó con la lengua fuera y el encuentro casi perdido. Para colmo, erró repetidamente desde la línea de tiros libres, una faceta en la que ya flojeó durante la fase regular (fue el cuarto peor equipo de la competición en tiros de un punto).

El último cuarto fue sólo un querer y no poder del Pamesa, y un juego lento, con el reloj en el bolsillo, de los andaluces. Con esta victoria, Unicaja recupera el mando psicológico de una eliminatoria que esta semana -miércoles y viernes- vivirá su tercer y cuarto partidos en Málaga. En la otra semifinal, el Estudiantes recibe mañana al Barcelona en el tercer encuentro de la serie. El equipo catalán domina de momento por 2-0.