El aeropuerto de El Prat supera con éxito un simulacro de emergencia

El aeropuerto de El Prat superó ayer con éxito un simulacro de emergencia en el que se partía del supuesto accidente de un avión en la pista de aterrizaje y el incendio de la aeronave. El objetivo era evaluar el tiempo de respuesta y la coordinación entre los colectivos implicados en una operación de rescate. Hacía 12 años que esa instalación no ponía a prueba su plan de emergencias aeronáuticas.

La operación se basó en el supuesto de que un Boeing 737 que tenía problemas en el momento de aterrizar se salía de la pista por la cabecera y se incendiaba. El balance final de la ficción era de 18 víctimas mortales, 27 heridos graves, otros tantos heridos leves y 18 pasajeros ilesos.

La operación se desarrolló en la cabecera de la pista transversal, muy cerca de la carretera de la playa de El Prat que circunda el recinto aeroportuario. En lugar de un avión, en un extremo de la pista se colocó un viejo autobús de Transportes Metropolitanos de Barcelona, al que los bomberos prendieron fuego real. En el momento en que la carcasa ardía completamente se puso en marcha el dispositivo de emergencia.

Como en un caso real, desde la torre de control se dio el aviso, que en caso de incidencia grave se transmite al cuerpo de bomberos, a los servicios sanitarios del aeropuerto y a la Dirección de Emergencias de la Generalitat, encargada de coordinar los medios externos. Inmediatamente dos unidades de bomberos llegaron al lugar del accidente y atacaron el fuego, que consiguieron controlar en 45 segundos vertiendo sobre las llamas centenares de litros de espuma.

La retirada de las personas ilesas y la delimitación de un área cercana dedicada a la atención de los heridos fue el siguiente paso. Mientras empezaban a llegar los camiones de los parques de bomberos de las poblaciones cercanas, se activó el servicio de emergencias médicas, a través del cual se enviaron 45 ambulancias al lugar. Diez minutos después del accidente se procedió a evacuar el primer herido. Los más graves fueron transportados en los dos helicópteros que acudieron al rescate.

Ante las críticas de los sindicatos, que denunciaron que hacía 12 años que no se realizaba un simulacro semejante, el director del aeropuerto, Antoni Pedrós, aseguró ayer que a partir de ahora se llevarán a cabo con una periodicidad anual. Asimismo, el comité de empresa de Iberia se quejó por no haber obtenido permiso de AENA para presenciar el simulacro y comunicó que tan sólo nueve de los 2.600 trabajadores de la empresa han recibido formación para actuar en caso de emergencia.

Autobús, no avión

Otras críticas de algunos de los participantes en la operación se refirieron al hecho de que éste se realizara con un autobús en vez de utilizar un avión: "Los trabajadores no sabríamos qué hacer, si salir corriendo por si explota el aparato o ir a salvar a la tripulación", dijo un operario de carga y descarga que había participado en la evacuación de los heridos.

En total, el dispositivo movilizó a más de 300 personas y un centenar de vehículos, entre bomberos, personal del aeropuerto, ambulancias, Guardia Civil, Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y Mossos d'Esquadra. Otra de las críticas de los sindicatos fue que en el simulacro participaron más bomberos de los que hay normalmente.

El plan de emergencias tiene como principales objetivos salvar vidas humanas y conseguir mantener la operatividad de las instalaciones. Ayer, en un accidente de grandes dimensiones, tan sólo fue necesario cerrar una de las dos pistas durante dos horas y media. Al tratarse de un sábado, el día de menos tráfico aéreo, no hubo retrasos. A partir de los resultados obtenidos, se realizará una evaluación para comprobar si se deben hacer modificaciones.