_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El don de la inoportunidad

Santiago Segurola

La selección juega hoy un partido que concentra todos los desatinos del fútbol español, que eleva a la enésima potencia el pésimo efecto de un calendario que coloca dos encuentros internacionales en junio, cuando todas las ligas europeas han echado la persiana. Ya está mal que la UEFA impida el descanso a los jugadores en un año sin Mundial ni Eurocopa: un año después del Mundial de Corea y Japón, era la ocasión perfecta para sacar a los jugadores de la agotadora rueda que amenaza con consumirles. Pero a la UEFA le mueven más los intereses económicos y estratégicos que la salud de los jugadores. Casi todas las grandes Ligas se cerraron hace dos o tres semanas y sus mejores jugadores se han visto obligados a estirar artificialmente la temporada para satisfacer el atroz calendario de las selecciones. En el mejor de los casos, España podría asimilarse al resto de los países europeos y jugar con un poco de fastidio los encuentros con Grecia e Irlanda del Norte. Pero el fútbol español casi nunca está en el mejor de los casos posibles. Generalmente está en la peor situación imaginable. Como ahora.

No hay nada más peligroso para el fútbol que provocar el desafecto de los aficionados. Esto es lo que ocurre con la selección, víctima de factores que, en muchos casos, están propiciados por un grandioso desbarajuste. De siempre se ha considerado que España es un país de equipos y no de selección. Hay explicaciones de todo tipo, desde las políticas hasta las estadísticas, que abundan en la desproporción que se observa entre los éxitos de los clubs y las decepciones del equipo nacional. Si el carácter tribal está firmemente arraigado en España, lo estará mucho más en situaciones como la que propician dos partidos inoportunos en el momento en que se decide la Liga. Del desinterés por la trayectoria de España en la fase de clasificación de la Eurocopa, se ha pasado a lo más parecido a la irritación. No es culpa de la selección jugar con Grecia e Irlanda del Norte, dos equipos que no convocan al entusiasmo, pero la hinchada no se hace grandes preguntas y se encuentra con España en dos partidos casi irrelevantes que quiebran el espectacular final de la Liga. Así no hay manera de mejorar el muy desgastado vínculo de los aficionados con el equipo nacional.

El problema es que nadie ayuda a la selección, que paga con enormes intereses el extenuante calendario que se concedió el fútbol español con la Liga de 22 equipos. En una Liga como las demás, con 16 o 18 equipos, tendríamos un campeón y la propina un poco extravagante de los dos partidos internacionales. Con una federación sensata, no se disputaría el encuentro en una ciudad que ese mismo día tiene a su equipo en el trance de regresar a Primera División. Con menos descaro, no se permitiría concentrar a la selección a 1.000 kilómetros del escenario del partido y asociarla a un turismo de verbena. Con más interés por el trabajo bien hecho, no se conspiraría con tanta terquedad en contra de los intereses de la selección española, que casi siempre está a contrapié de la gente y de los acontecimientos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_