Ferrero, como Santana y Borg
La cuarta semifinal consecutiva en París le llegó a Juan Carlos Ferrero de una forma atípica. No es normal, ni es su estilo ganar sin jugar un gran partido. Pero eso fue lo que hizo ayer frente al chileno Fernando González, un viejo conocido con el que perdió la final júnior de este mismo torneo en 1998. Ferrero une su nombre al de otros grandes jugadores como Manuel Santana, Bjorn Borg, Mats Wilander, Ivan Lendl y Jim Courier, que también entraron cuatro veces seguidas en la penúltima ronda. Todos ellos acabaron ganando el título. Juan Carlos jugó la final el año pasado y perdió, precisamente, contra su próximo rival, el leridano Albert Costa.
"Nunca he podido jugar un gran tenis contra González", reconoció Ferrero, que ganó por 6-1, 3-6, 6-1, 5-7 y 6-4. "Tal vez sea porque él pega muy fuerte, te da poco ritmo y quiere decidir los puntos en cada golpe. La cuestión es que estuve excesivamente nervioso y que el final fue un poco agonizante". Cuando Ferrero ganó la tercera manga por 6-1, muchos espectadores se preguntaban cómo era posible que hubiera perdido la segunda. Pero cuando cedió la cuarta, tras haber desperdiciado tantas bolas para romper el saque de su rival, ya todo el mundo estaba convencido de que debería sufrir mucho para acabar ganando.
Ferrero desperdició en su camino hacia la victoria nada menos que 23 bolas de break. Es una barbaridad para un tenista de su nivel. Y sólo se explica por la pasión que estaba poniendo en cada punto, por las ganas de ganar que tenía y por la constante agresividad de su rival, que nunca aceptó los largos peloteos. González, que tuvo como ídolo de infancia a Boris Becker, aprendió a jugar teniendo al alemán como modelo. La base de su juego es pegarlo todo: el saque, el resto, el drive y el revés; jugar siempre con golpes ganadores; arriesgar constantemente, aunque cometa muchos errores -hizo 103 no forzados- buscando que la cifra de aciertos sea ligeramente superior.
Así logró forzar la quinta manga y así fue llevando el partido a su terreno, hasta el final. Ferrero le rompió el saque en el tercer juego y eso le concedió un respiro. Pero cuando González conectó un drive cruzado centelleante que le dio el break y la igualdad a tres juegos, la pasión se apoderó de las gradas. Afortunadamente, el valenciano rompió el saque de su rival y se dispuso más tarde a sacar para el partido con 5-4. Se colocó con 40-0 pero, una tras otra, el chileno fue salvando bolas de partido hasta que llegó la sexta. Entonces, Ferrero sentenció.
"Sé que mi actitud no ha sido buena", agregó Ferrero. "He etado demasiado nervioso y eso me ha impedido desarrollar mi mejor tenis. Deberé estar mucho más tranquilo y ser más fuerte mentalmente si quiero ganar a Albert Costa. Sé que la semifinal será difícil, porque Albert ha recobrado la confianza. Pero físicamente no estará del todo fresco. Yo lo estoy. Y esta vez estaré mucho mejor en este aspecto de lo que estuve el año pasado".
Las semifinales masculinas se disputarán mañana. Hoy se jugarán las semifinales femeninas entre la belga Justine Henin y la estadounidense Serena Williams, por un lado, y la belga Kim Clijsters y la rusa Nadia Petrova -la peor clasificada, 76ª- por el otro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.