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Reportaje:

Ciudad radiante pero no ideal

Bonito Oliva presenta una exposición en Bancaixa con 30 artistas que responden al caos y a la destrucción de las urbes

Ferran Bono

El conocido crítico de arte italiano y comisario de exposiciones Achille Bonito Oliva es el responsable de la exposición La ciudad radiante que ayer se inauguró en el Centre Cultural Bancaixa de Valencia con obras de reputados artistas como Gordon Matta-Clark, Juan Muñoz, Nam June Paik, Cristina Iglesias, Lucio Fontana, Günther Förg y Joseph Beuys, además de otros creadores de entre la treintena representada. Bonito Oliva ya participó en la primera edición de la Bienal de Valencia celebrada en 2001 como comisario de El cuerpo del arte, la exposición central. Y como premio por "el éxito" de la iniciativa, según explicó él mismo bromeando, el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, dirigido por la subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, le ha encargado esta nueva muestra en una "inteligente coincidencia" en el tiempo con la segunda edición de la Bienal que, bajo el título genérico La ciudad ideal, abre sus puertas el próximo domingo.

Con este "exilio dorado", según sus propias palabras, Bonito Oliva entra a formar parte del ramillete de profesionales extranjeros del mundo del arte y del espectáculo, con mayor o menor proyección internacional, que han hecho fortuna en los últimos años en Valencia, por cuanto han repetido o se han consolidado en la dirección de proyectos culturales de envergadura. Es el caso del propio director de la Bienal, el italiano Luigi Settembrini, de la directora artística del Palau de les Arts, la austríaca Helga Schmitd, o de la directora artística de la Ciudad de las Artes Escénicas, la griega Irene Papas.

Bonito Oliva conoce muy bien el terreno que pisa. El crítico que acuñó el término de transvanguardia explicó el contenido de la muestra patrocinada en Bancaixa destacando que la selección de obras representa la "búsqueda del arte contemporáneo, que en los últimos años se relaciona con el espacio urbano, entendido éste como el lugar donde conviven la vida y la muerte". En el texto del catálogo, que saldrá a la venta próximamente, el experto da más detalles teóricos sobre el concepto que subyace en la exposición colectiva que, al igual que la Bienal, concluirá el 30 de septiembre: "Necesariamente en este momento en el cual el terrorismo ha llevado a cabo una especie de performance mediática que visualmente ha restado potencia al arte, se va desarrollando una tendencia creativa diversa, capaz de representar contenidos nuevos y abiertos a pequeñas utopías y a inéditos valores constructivos". "El terrorismo es un problema que afecta a todo el mundo, que se ha generalizado, y el arte surge como única respuesta colectiva", añadió ayer.

La ciudad radiante, título que hace alusión al modelo concebido por Le Corbussier, tiene como premisas "los dos extremos de la utopía y el caos" proponiendo una visión "multidisciplinar y transnacional" de la metrópolis moderna. Instalaciones, fotografías, pinturas y video-creaciones y piezas musicales grabadas, como las de John Cage, componen una exposición marcada por la diversidad en la representación de distintas escenas urbanas.

Es a finales de los años ochenta cuando se evidencia una particular atención de los artistas por el espacio urbano entendido sobre todo como paisaje desarticulado, en el que confluyen -con una tensión casi natural hacia la homogeneización y la pérdida de una identidad específica- los nuevos emigrados portadores de nuevas fuerzas, pero también de comportamientos, hábitos y deseos diversos", explica el texto que acompaña la muestra.

La subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, señaló que Valencia es ahora "una ciudad radiante" y definió la exposición como "un hecho emblemático en la historia del arte contemporáneo"

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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