El líder socialista prepara un programa que convenza "desde el centro a la izquierda"

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, va anticipando algunos de los mensajes que lanzará el próximo viernes en la reunión del comité federal, que analizará los resultados electorales del 25-M. El debate sobre si el PSOE tiene que bascular hacia algún lado lo solventará no poniendo límites, ya que considera posible ganar las elecciones con un proyecto "reformista" que ocupe el espectro "del centro a la izquierda", según dijo ayer a Iñaki Gabilondo en la Cadena SER. Una de las causas por las que el PSOE no cumplió sus expectativas de crecimiento está en el "voto oculto del PP que emergió el día electoral", según Zapatero. En efecto, a partir de las once de la noche de la jornada electoral, en la sede del PSOE se cayó en la cuenta, con consternación, de que ese 30% de ciudadanos que las encuestas incluían en el apartado no sabe no contesta ocultaban un voto decidido al PP, pero no confesado. Zapatero sostuvo ayer que "suele suceder que cuando un partido tiene voto oculto empieza su declive".

Pero el líder socialista estima que es muy posible su victoria en las elecciones de 2004 si su partido consigue elaborar un programa "innovador, de modernidad, con sensibilidad social y con una acción eficiente del Estado". Y continuó su definición: "Somos un partido socialdemócrata, con afán de renovar la democracia, la economía y la gestión de lo público".

Ya se verá hasta dónde llegan las críticas o las reflexiones que los miembros del comité federal socialista realizarán el viernes, pero en los prolegómenos se habla de definición ideológica más precisa, y un proyecto y programa reconocible para los ciudadanos. Quizá alguien se atreva a decir lo que dice en privado respecto a la necesidad de que Zapatero refuerce su equipo. "Tengo un equipo humano suficiente", dijo ayer Zapatero, que animó a quien corresponda a organizar debates para que se vea la solvencia de su ejecutiva.

Desde hace una semana, el líder del PSOE pasa muchas horas hablando por teléfono con los candidatos electos locales y autonómicos para escuchar su versión sobre lo que ha ocurrido en sus respectivas regiones. También tiene sobre la mesa documentos para preparar el debate del estado de la nación, aún sin fecha. Zapatero lamenta mucho la pérdida del gobierno de Baleares y defiende la gestión de Francesc Antich, con ecotasa incluida, según sus colaboradores.