Hantuchova dispara la alarma
La eslovaca ha perdido cinco kilos y pone al descubierto la gran preocupación de algunas jugadoras por su imagen
La rusa Ana Kurnikova sobrepasó la barrera del circuito tenístico y se convirtió en un personaje de relevancia social. Apareció en las portadas de las revistas más prestigiosas, colaboró en una película, realizó múltiples campañas publicitarias y se convirtió en un símbolo sexual. Para el circuito femenino, fue la constatación de que ya no podían vivir sólo del tenis, sino que era necesario hacer famosas y llamativas a sus jugadoras para atraer la atención de un público mucho más mayoritario, pero, sobre todo, de los grandes medios de comunicación.
Ahora, Kurnikova, que el día 7 cumplirá 22 años, parece mucho más preocupada por su belleza y su vida social que por su tenis. Lesionada desde abril en el abductor izquierdo, se encuentra en la República Dominicana y, según el diario The Sun, acaba de casarse con el cantante español Enrique Iglesias. Su cuenta corriente está repleta de millones de dólares. Su clasificación mundial ha descendido hasta el 79º lugar y no parece en condiciones de ganar su primer título. "No sabemos nada de ella", dicen.
La estela de Kurnikova ha sembrado la semilla de que es más importante ser guapa que buena tenista. "No es exactamente así", explica Raquel Martín, jefe de comunicaciones del WTA Tour; "es cierto que las jugadoras se han vuelto más presumidas y que muchas son muy cuidadosas con los detalles antes de salir a la pista. Pero el tenis sigue siendo lo principal para todas ellas".
La alarma sonó en Roland Garros cuando la eslovaca Daniela Hantuchova, de 20 años, considerada la sucesora de Kurnikova, apareció casi esquelética, con cinco kilos menos y una imagen más propia de una anoréxica que de una deportista de alto nivel.
Novena jugadora mundial, Hantuchova negó cualquier enfermedad y explicó la situación alegando que está realizando una dieta muy estricta para salvaguardar su línea y que ingiere menos calorías de las que gasta en los partidos. "No pasa nada más. Sólo debo regular este aspecto", aseguró. La cuestión es que perdió en la segunda ronda frente a la estadounidense Ashley Harkleroad, de 18 años, a quien los estadounidenses consideran la Kurnikova americana. "Me siento orgullosa de que me comparen con Ana", dice ella, una clara aceptación del reto que eso supone y de los ingresos que le puede aportar.
Pero Harkleroad es sólo la décima clasificada en el ránking de las tenistas más sexys elaborado por The Sun. La lista la encabezan Kurnikova y Hantuchova, a las que siguen Anastasia Myskina, Bárbara Schett, Chanda Rubin, Jelena Dokic, Elena Dementieva, Serena Williams y Martina Hingis. La clasificación agrava el problema: resulta un incentivo más para fomentar el culto al cuerpo entre las tenistas.
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