Medio siglo ciñendo la corona

La reina Isabel II de Inglaterra celebró ayer de manera muy discreta el 50º aniversario de su coronación. Una sencilla ceremonia de acción de gracias en la abadía de Westminster y una merienda para niños desfavorecidos en los jardines del palacio de Buckingham marcaron los festejos. En realidad, Isabel llegó al trono el 6 de febrero de 1952, pero retrasó su coronación para mantener el duelo por la muerte de su padre, Jorge VI. De hecho, Isabel ya celebró su llegada al trono el año pasado con los largos y populosos festejos del Jubileo, que alcanzaron su máximo esplendor en junio, cuando los conciertos en palacio y la concentración de un millón de ciudadanos en el Mall, la arteria que une la plaza de Trafalgar con el palacio de Buckingham bordeando el parque de Saint James, demostraron que el cariño de los británicos por su reina es muy superior al que sienten por la propia institución monárquica. En el acto religioso de ayer destacaron las ausencias del príncipe Enrique, que se encontraba de exámenes en la Universidad de Eton, y del primer ministro, Tony Blair, de viaje en la cumbre de Evian, en Francia. Llamó la atención la llegada, juntos, de los dos primeros herederos, el príncipe Carlos y su primogénito, Guillermo, así como la presencia de la novia de Carlos, Camilla Parker Bowles, cada día más cerca de la boda, y de sir Edmund Hillary, el primer hombre en alcanzar la cima del Everest. La noticia de esa coronación montañera llegó a Londres al tiempo que Isabel se ceñía la corona.-