Cavallero sacó de quicio al Bernabéu
Antes de que Cavallero, el portero del Celta, desesperara a los delanteros del Madrid con sus paradas; al árbitro con sus pérdidas de tiempo; y a los aficionados con sus desafíos a los jugadores madridistas, soplaba el viento y caía agua. Mucho viento. Y no sólo arrastraba la basura olvidada en los alrededores del Bernabéu. Un señor mayor, boina por tocado, corría por el centro de la calle Concha Espina persiguiendo bolsas de palomitas que se daban a la fuga. A una hora del encuentro, el viento soplaba y el césped del estadio tenía trabajo extra para drenar el agua.
En el vestuario del Celta, Lotina, el técnico, guardó la escuadra y el cartabón y mostró a sus jugadores el dibujo: cinco defensas, tres centrales y dos carrileros. La gracia del asunto sin embargo estuvo en que zagueros centrales sólo había uno, Cáceres, más dos centrales reconvertidos, Juanfran y Velasco, más dos interiores disfrazados de laterales, Ángel y Silvinho. Un lío que se tradujo en una actitud ultradefensiva. Una disposición extraña que no evitó, en ocasiones, los pasillos para Ronaldo, cada vez más en sintonía con la grada. El brasileño fue jaleado desde el principio, especialmente cuando hacía algún amago de esforzarse en tareas defensivas. E hizo varios al comenzar el encuentro.
REAL MADRID 1 - CELTA 1
Real Madrid: Casillas: Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos; Flavio, Makelele; Figo, Raúl, Zidane; Ronaldo.
Celta: Cavallero; Velasco, Cáceres, Juanfran, Silvinho; Angel, Luccin, Jose Ignacio, Gustavo López, Mostovoi (Vagner, m.63) y Edú (Catanha, m. 86).
Goles: 0-1, M.34. Ángel centra desde la derecha tras un error de Roberto Carlos, y Mostovoi se anticipa a los centrales para peinar el balón a la base del segundo palo. 1-1, M.37. Centro de Salgado que cabecea Raúl junto a la base del palo corto.
Árbitro: Carmona Méndez. Amonestó a Cavallero, Juanfran, Roberto Carlos y Ángel.
Unos 75.000 expectadores. Lleno en el estadio Santiago Bernabéu.
Los pitos esta vez fueron para el portero del Celta, Pablo Cavallero. El guardameta argentino del equipo vigués, el menos batido de la Liga junto a Cañizares, con 31 tantos, movió retadoramente y con aire de burla la pelota ante Raúl en un lance, y ante Ronaldo, en otro. Desde entonces, cada vez que se demoraba un poco en sacar de puerta, la bronca del Bernabéu era muy ruidosa. El portero siguió desafiando a los atacantes blancos, no sólo mostrándoles la pelota sino con varias intervenciones de mucho mérito. Sacó varias manos magníficas ante disparos de Hierro, Zidane o Ronaldo, a quien desbarató un mano a mano, cosa rara cuando se trata del brasileño.
Cavallero tuvo problemas con el árbitro, que le rectificó el lugar desde el que debía de sacar de puerta en más de una ocasión y le llegó a amonestar por perder tiempo.
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