"Con sólo ver las ruedas y la cabina te da taquicardia"
Carlos Ripollés, hermano del comandante José Manuel Ripollés Barrios, pidió ayer en el programa La Ventana, de la SER, la dimisión del ministro de Defensa, Federico Trillo, por su responsabilidad en el accidente del avión Yakovlev que se cobró la vida de 62 militares españoles en Turquía.
"Me encantaría ver dimitir al ministro de Defensa para que un nuevo ministro con la cabeza bien despejada (...), sea capaz de analizar todas las informaciones y pueda dilucidar qué es lo que ha ocurrido, porque este ministro ya está intoxicado, no hace más que cambiar de versiones", declaró.
Ripollés anunció que enviará una carta de protesta al titular de Defensa y al general jefe del Estado Mayor para denunciar que su hermano ya le había advertido en un correo electrónico, cuatro días antes del accidente, del peligro que suponía volar en el avión.
A Carlos Ripollés también le ha indignado el trato recibido por su hermano y sus compañeros tras su muerte, y así lo denunciará en la misiva. "En la noche del miércoles querían llevárselos a escondidas, los querían enterrar a toda costa. No nos han ofrecido nunca una instalación militar para custodiarlos de noche, ha tenido que ser un tanatorio", aseguró. Además, relató que compañeros de su hermano le habían relatado que no habían podido asistir al funeral: "Se lo habían prohibido. Todo eso lo quiero denunciar, que todo el mundo lo sepa".
Éste es un extracto de el mensaje recibido de su hermano: "De mi regreso sólo te puedo decir que de momento a día de jueves nos han cambiado un par de veces el regreso y con lo último parece ser que salimos el domingo 25 de mayo sobre el mediodía y llegaremos a Torrejón sobre las 7.00. Claro está, eso sin contar con los retrasos a que nos tienen acostumbrados los transportes que salen de zona, como te puedes imaginar, no son aviones nuestros, sino alquilados a un grupo de piratas aéreos que en condiciones límites trasladan nuestro material y personal, te hablo de los Tupolev, Yakovlev... Vamos, como el avión, mejor dicho, el vión que tuvo una apertura fortuita en África y fueron succionados los pasajeros. (...) Con sólo ver las ruedas y la ropa tirada por la cabina de la tripulación te empieza a dar taquicardia."
El comandante Ripollés tenía 45 años, estaba casado y tenía dos hijos. Ingresó hace dos años en el Regimiento de Ingenieros número 1 y llevaba 23 años en el Ejército. Nació en Sidi Ifni (Marruecos), y ya había participado en una misión internacional, en la Antártida. Había recibido la Cruz al Mérito Militar, una mención honorífica y la Cruz de San Hermenegildo.
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