Björk desborda el estanque de la Ciutat de les Arts
Miles de fans y curiosos arroparon a Björk en el inicio de su gira española
Salió puntual a escena, de negro riguroso y con unas leves alas prendidas a la espalda. La espera había valido la pena. Mediada la tarde ya había cola en torno a las gradas dispuestas junto al estanque de la Ciutat de les Arts i les Cièncias para mejor ver y escuchar a Björk, dado que sentarse en esas 700 butacas era un privilegio del que sólo podrían disfrutar los espectadores que estuvieran allí a la hora de apertura del tinglado, las 19.30. El resto, varios miles de personas que acudieron al reclamo de uno de los conciertos de la temporada con el atractivo añadido de ser gratuito, se quedaron lógicamente de pie, consolados por unas pantallas de vídeo adicionales.
El concierto arrancó con los delicados acordes de Pagan Poetry, una canción ubicada en Vespertine, el último álbum hasta la fecha enteramente inédito de la cantante islandesa, que abordó con su tono más intimista, si no dulce, aquí proyectado hacia dentro y más tarde hacia las estrellas de la noche. En ese arranque entró ya en acción el Iceland Octet, la formación de cuerdas que ya le acompañaba en 1998, proporcionando las texturas características del estilo de Björk, donde la música de cámara, evocadora y relajante, se entrelaza con los trallazos y bases rítmicas electrónicas que la deslizan hacia la pista de baile. Después revisó, con nuevos arreglos, dos piezas del álbum Homogenic y de la inquietante Hunter pasó a la primera novedad de la noche, Desired constellation, un tema inédito que puede ser el avance del anunciado nuevo álbum. Las cuerdas descansaron en este pasaje para dejar todo el protagonismo a la banda mitad electrónica, mitad acústica que acompaña a la menuda diva nórdica y a su frágil pero poderosa voz. En el cuarteto figuraban algunos "viejos" conocidos para los amantes de la música electrónica, el dúo Matmos, la arpista Zeena Parkins y la teclista Leila Arab, intérprete y compositora con discos propios que ha acompañado con anterioridad a Björk y a Galliano.
Björk cantó en Valencia nuevas canciones, en medio de un repaso a su carrera
Los aplausos arreciaron con Joga, una canción inspirada en su lugar de origen, que fue adornada con fuegos artificiales y llamaradas que fluían de la orilla del estanque.
Se esperaban algunos estrenos más (estrenos relativos, porque sus fans ya recuerdan en Internet que Björk estrenó tres canciones nuevas en el concierto ofrecido en el Sheperd Bush Empire de Londres el pasado lunes), que irían llegando conforme avanzaba la noche, según las previsiones. Björk se proyectó especialmente hacia el futuro, ya que el repertorio de Debut, el álbum de hace 10 años con el que despegó su carrera en solitario, apenas tuvo presencia anoche.
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