Correo privado

Últimamente he tenido la suerte de que un envío postal dirigido a mi nombre desde EE UU haya ido a parar a una de esas nuevas compañías de courrier privadas. Gracias a esta circunstancia he podido conversar con varias señoritas telefonistas. Además, desde que recibí el primer aviso hasta que por fin tuve la oportunidad de hablar por móvil con uno de los conductores de la compañía (bueno, es otra empresa, pero también se entienden en el business) pasaron menos de tres semanas, lo que no está mal. Sólo me molestó un poco la falta de consideración del conductor que me puso finalmente el paquete en mis manos, alegando que por lo que le pagaban no pensaba subir al principal, que es donde vivo yo. Quitando la desleal actitud de este empleado con su empresa, yo sólo puedo alegrarme de contribuir con mi tiempo y dinero a la grandeza y enriquecimiento de todos los amigos del PP.