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Romero niega que coaccionase al dueño de un bar en la huelga del 20-J

Antonio Romero, portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Andaluz, negó ayer ante la sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que hubiera coaccionado o agredido al dueño de un bar de Málaga que no quiso cerrar el día de la huelga general del 20-J. Romero admitió que le había llamado "fascista", que es un calificativo, según dijo, que acostumbra a utilizar también con los ministros del Gobierno del PP.

Antonio Romero, que estuvo arropado por dirigentes sindicales de UGT y Comisiones Obreras y por algunos miembros de su partido, como el coordinador regional de IU, Diego Valderas, o el responsable institucional, Willy Meyer, declaró que él sólo acompañaba a un piquete informativo el día de la huelga cuando se produjeron los incidentes en un bar del Málaga que no había cerrado. "No hubo ningún ejercicio de violencia", dijo Antonio Romero, quien justificó la denuncia interpuesta contra él por el hecho de ser una persona conocida. También resaltó que no hubo agresión. "Tan levemente dicen que fue la agresión que sólo se trataba de un hematoma en una mano y de una pequeña herida en la correa de un reloj". El propietario del bar, Ramón Espejo, que también declaró ayer, mantuvo que había sido agredido.

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