El PP atribuye a Aznar el "éxito" del 25-M
El partido y el Gobierno creen que los ciudadanos han refrendado incluso las decisiones más polémicas del presidente
El principal vencedor de estas elecciones, en opinión del Partido Popular, es José María Aznar. Ahora toca ser aznarista, elogiar como un "respaldo ciudadano a la responsabilidad de Gobierno" los resultados del domingo, ensalzar que la "mayoría de los españoles valora" que el presidente "haya mantenido su palabra" y "haya cumplido sus compromisos", y criticar a quienes se arredraron cuando la marea de las manifestaciones contra la guerra de Irak inundó España. Aznar podrá escuchar hoy las alabanzas en directo durante la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP. Ayer, en público y en privado, se volcaron a ello. Y, de paso, a pedir al PSOE que "reflexione" por los "pobres resultados" que ha obtenido "después de la que ha liado".
Una imagen resume este entusiasmo del PP con su líder y con la política por él pilotada. En la madrugada del lunes, los jóvenes e incondicionales militantes que se congregaron frente a la sede del partido de la gaviota en la calle Génova de Madrid no sólo agitaron banderas y ovacionaron a su líder: concluyeron la concentración tarareando el himno de Estados Unidos. Y de las bases a la cúpula, ésa es la primera y principal conclusión del 25-M.
La segunda -que, en realidad, es el revés de esa misma moneda- consiste en mantener que "la política de radicalización" y de "explotación de todas las desgracias" que, a juicio del PP, ha desarrollado el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido censurada por la fuerza de los votos. Como pronóstico, tal conclusión fue avanzada de forma persistente por el propio Aznar durante toda la campaña. "Han intentado buscar atajos porque en las urnas les ganamos", repetía el líder popular en el doble mitin diario. Ahora se trata de argumentar que esa premonición se ha cumplido con precisión. A ello se dedicó ayer, públicamente, Javier Arenas, secretario general del partido, y en privado distintos miembros del PP y del Gobierno volcados en enfatizar "que la opinión pública no coincide con la opinión publicada" y que "de igual forma que hubo mucha gente que participó en las manifestaciones, también hubo muchos que se quedaron en sus casas o que, tras las primeras manifestaciones, vieron con creciente desaprobación la campaña de acoso y derribo al PP".
Tras las loas al líder y las críticas -en palabras de Arenas- "a quienes anunciaron un vuelco político y han obtenido un sonoro fracaso", el análisis de los resultados concretos:
- Resultados globales. La tesis oficial es que el PP ha ganado las autonómicas, al sumar un 43,7% de los votos frente al 38,1% del PSOE, y "prácticamente ha empatado" en las municipales.
El porcentaje de votos en las autonómicas no explicita la más amarga derrota del PP en estas elecciones: la comunidad de Madrid. Oficialmente, queda por escrutar parte del voto por correo y las papeletas de los residentes ausentes pero, en privado, los populares admiten que es prácticamente imposible que el escaño 56º cambie de manos para dar la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre. Es decir, el gobierno probable de la Comunidad de Madrid estará encabezado por Rafael Simancas con el apoyo del PSOE e IU: en la terminología del PP, por la "coalición social-comunista radical de Llamazares y Zapatero".
Y el "práctico empate" en las municipales es, de verdad, una diferencia de 100.000 votos a favor del PSOE y en contra del PP (unido a UPN, Unión del Pueblo Navarro, la marca popular en esa comunidad foral). En porcentaje de votos, el PP ha obtenido un 34,3% de los sufragios, y en 1999 logró un 34,4%. Es decir, ha retrocedido una décima. Y el PSOE suma el 34,7% de las papeletas y en 1999 obtuvo un 34,2%. Es decir, ha avanzado medio punto. "Es el desgaste lógico de muchas elecciones que el PP lleva ganando desde 1993, y lo habríamos firmado antes incluso de la huelga general de hace un año", replican desde el PP.
- Los avances. Cualquier análisis de los resultados propios siempre intenta destacar los avances y minimizar los retrocesos. Y el principal avance, para el PP, es Baleares. Jaime Matas logra la mayoría absoluta y podrá gobernar sin la hipoteca de Unió Mallorquina, el partido bisagra de María Antonia Munar que tradicionalmente pactaba con los populares pero que en 1999 se sumó a la coalición de siete partidos encabezada por el socialista Francesc Antich. "Zapatero ha calificado el modelo de Baleares como ejemplo a imitar. Ahora debe reflexionar sobre qué opinión merece a los ciudadanos la formación de coaliciones negativas sólo para echar al PP", proclamó Arenas en rueda de prensa.
El avance en capitales de provincia y la recuperación de algunas emblemáticas es el otro dato a favor del PP. El partido de Aznar puede gobernar sin pactos en 25 capitales de provincia (tenía 24), mientras el PSOE puede hacerlo en cinco. Reeditando pactos ya ensayados, el PP podría sumar otras cuatro capitales (Vitoria, León, Pamplona y Almería). Los socialistas, con pactos, en su mayoría con IU, pueden sumar otras 11 capitales. La conclusión de los populares es que "no hay avance del PSOE salvo si se entiende por eso el empuje de coaliciones con Llamazares".
El PP también computa como avance su resultado en Cataluña, con un concejal más en Barcelona, el mantenimiento de sus mayorías absolutas en la Comunidad Valenciana, la pérdida de la mayoría absoluta del PSOE en Asturias, y la mejora de sus resultados en Andalucía.
- Los retrocesos. El principal pinchazo del PP se produce en Aragón. Pierde seis escaños y deja de ser la primera fuerza política, aunque en esa autonomía gobernaba el socialista Marcelino Iglesias con apoyo del Par. El Plan Hidrológico Nacional ha pasado una clara factura. También es notable el retroceso del PP en los dos feudos tradicionales del PSOE más tradicional: Castilla-La Mancha y Extremadura, gobernadas desde hace 20 años por los socialistas José Bono y Juan Carlos Rodríguez Ibarra. En ambas, sus candidatos Adolfo Suárez Illana y Carlos Floriano han sufrido un retroceso, incluso, respecto a los resultados del PP en 1999, en número de votos y en escaños. Suárez pierde tres diputados y Floriano, dos. Ambos refuerzan las mayorías del PSOE.
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