Miles de personas se unen al dolor de los padres en el funeral de los niños muertos en Soria

Miles de personas acompañaron ayer en Soria y en las poblaciones barcelonesas de Ripollet y Viladecans a los padres y familiares de las víctimas del accidente ocurrido el pasado jueves en las proximidades de la capital soriana. La Reina presidió el funeral celebrado por la mañana en el estadio de Los Pajaritos, en Soria, y dio el pésame a los padres de los niños muertos en el brutal choque de un camión de transporte de ganado contra un autobús que trasladaba a los colegiales a un campamento de verano. Por la mañana falleció en Zaragoza una de las muchachas heridas, lo que eleva a 28 el número total de muertos en el accidente.

Al dolor que sentían los familiares de las víctimas se unió ayer el estupor de algunos de ellos por el hecho de que no se les comunicara la situación de sus hijos hasta que llegaron, ya de madrugada, a Soria. Fueron ocho horas de interminable zozobra a bordo de los autobuses fletados desde Barcelona. Los psicólogos y las autoridades autonómicas se esforzaron ayer en justificar esta decisión con el argumento de que los padres de las víctimas requerían una atención personalizada que era imposible de prestar durante el viaje. En algunos casos, a los padres les fue comunicado que sus hijos estaban vivos e ingresados en el hospital discretamente a través de teléfonos móviles. La investigación sobre las causas de la tragedia tardará en arrojar resultados. Tanto el director general de Tráfico, Carlos Muñoz-Repiso, como el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, apuntaron ayer el exceso de velocidad del camión como el origen más probable del siniestro. Muñoz-Repiso reveló que el camión había tenido algunos problemas para pasar las inspecciones técnicas. El sepelio de las víctimas se celebrará esta mañana en Ripollet y Viladecans.