Las hermanas Labèque muestran el gran piano de Gershwin y Bernstein

Juntas, de la mano, a fuerza de 70 actuaciones anuales, Katia y Marielle Labèque van indagando en los sonidos de la historia del piano, desde el barroco hasta la actualidad. Pero estos días se han volcado en la América moderna y viva de George Gershwin y Leonard Bernstein, con cuya música realizan una gira por España: "Son dos de los compositores que mejor han plasmado el espíritu de la calle en la música clásica", dicen a dúo.

Han actuado en Valencia, Madrid (dentro del ciclo Juventudes Musicales) y Sevilla, pero les queda presentarse mañana en Bilbao, el día 25 en Oviedo y el 27 en Barcelona. Esta vez van acompañadas de dos percusionistas, Colin Currie y Julio Barreto, y otro músico de teclado electrónico, David Maric. Con ellos, dan vida a la música eterna de Leonard Bernstein y su West side

story, la partitura que el director y compositor creó para la película que causó sensación en los años sesenta.

"Se trata de la versión que existe para dos pianos y percusión. Así suena mucho más moderna, incluso", asegura Marielle, la más pequeña. Para ellas, todavía resulta asombroso lo natural que resulta la mezcla del mundo clásico con el jazz, el ragtime, los sonidos de alquitrán y alcantarilla que surgen de West side

story, y la música de Gershwin, de quien hacen los Tres preludios al principio del programa: "Lo que estos músicos consiguieron fue una auténtica fusión, demostraron que lo clásico y el jazz conectan y que se les puede mezclar".

Es la música que más fama les ha dado a las hermanas Labèque. Pero no es la única que interpretan. "Vamos y volvemos a ese repertorio y espero que el piano suene cada vez mejor cuando repetimos", asegura Marielle. "Pero también nos gustan otras cosas. Ahora estamos muy metidas en el barroco, por ejemplo", asegura Katia.

Y lo han abordado de lujo, con un grupo esencial en la recuperación de esa música como Il Giardino Armonico. Juntos han puesto una piedra importante en lo que es la Corriente Auténtica del piano. "Hemos hecho construir un piano Silbermann, de la época de Bach, y hemos hecho una gira con el repertorio que nacía en aquella época para el piano", afirma Katia.

El caso es que Bach conoció el invento que Cristofori ideó en Florencia a finales del siglo XVII y Silbermann perfeccionó en Alemania a mediados del XVIII, pero no le convenció. "Sin embargo, a su hijo, Carl Philipp Emanuel, sí le gustaba, incluso escribió piezas muy bellas y un método para aprender el instrumento", señalan.

Los dos luthiers que les construyeron el piano Silbermann han tardado dos años. "Ha sido un gran trabajo y realmente se aprecia un sonido extraño y nuevo, algo que nunca habíamos escuchado antes", asegura Katia. Para ellas, está pendiente la revolución y la conquista de esos sonidos del pasado en su instrumento, tal y como se ha hecho ya en muchos otros. "Está pendiente hacer la Corriente Auténtica del piano, pero ya hemos empezado", avisan. Será otra de las pruebas evidentes de la buena salud del instrumento, que para ellas tiene mucho futuro: "Vivimos una época maravillosa en la historia del piano", certifican.