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PATÉ DE CAMPAÑA | ELECCIONES 25M | Comicios municipales en Cataluña
Columna
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La ciudad más lenta

Se dice que las campañas electorales son demasiado largas, que no interesan a nadie, que aburren a las piedras. Permítanme discrepar. Yo me lo paso bomba viendo a Imma Mayol, pico en mano, aprestarse a derribar un túnel de Horta de cartón que parece salido de un taller escolar de P-3, o a Alberto Fernández Díaz subido al Tramvia Blau, o a Clos pilotando un catamarán, o a Duran Lleida departiendo campechano con la pollera del mercado, que es, de lejos, mi imagen favorita. Si por mí fuera, alargaría la función una semana más. Me dirán que estoy seriamente enfermo. Es posible. Pero dejen que me explique.

A mí ese aire de irrealidad que lo impregna todo me pone. La ciudad queda como suspendida, atrapada en un instante feliz, encerrada en una fotografía retocada y coloreada por el narcisismo del fotoshop. Es una ciudad amable, llena de pisos de alquiler barato para jóvenes y centros de atención para los ancianos. Una ciudad confiada, sin miedo a la delincuencia. Una ciudad verde, silenciosa, limpia. Una ciudad más lenta que la real, nadie va en ella con prisas.

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Jordi Portabella la pinta con unos vehículos motorizados que nunca superan los 30 kilómetros por hora y toda llena de bicicletas. Asegura el edil que impulsará la construcción de 50 nuevos kilómetros de carril-bici que añadir a los 125 ya existentes. Imma Mayol no le va a la zaga. Ella también propugna el límite de los 30 kilómetros por hora para el 80% de las vías urbanas. Pero va más allá: promete un plan de calles cerradas a la circulación privada durante una franja diaria indeterminada para poder dedicarlas "al paseo y al juego", y el cierre del paseo de Gràcia y de otras calles centrales "al menos un domingo al mes" para promover "actividades lúdicas y de fomento de la movilidad sostenible". ¡Lo contentos que se van a poner los taxistas! Les imagino atendiendo ensoñados las explicaciones de unos atentos guardias urbanos que les dicen que hoy "no toca" pasar por ahí porque es domingo y los ciudadanos están de actividades lúdicas, fomentándose la movilidad sostenible unos a otros.

Pasemos por alto el programa municipal del PP, que no habla de bicicletas -¿cómo se atreve?- y sí de motos -"favorecen la agilidad del tráfico": ¿cómo se vuelve a atrever?- y que aboga por una insensatez tal como un plan de coexistencia entre peatones, vehículos privados y transporte público (Alberto Fernández Díaz ha añadido a todo ello duras críticas al carril-bici de la Diagonal, ese acierto mundialmente alabado). Vayamos, pues, a las propuestas de Trias. En aras de la sostenibilidad, sus prioridades de atención son las siguientes: los peatones, la bicicleta, el transporte público, la motocicleta y el coche privado. La ciudad lenta, primero. Como Niza. El mismo orden de prioridades, poco más o menos, propone Clos. De su extenso y articulado programa sobre la materia me quedo con la promesa de definir "la xarxa viària pacificada", en la que los peatones y las bicicleta deberán convivir en armonía con "la actividad comercial y el uso residencial". Esto último no lo entiendo mucho, tal como está redactado, pero ¿acaso no suena la mar de bien?

En fin, a mí me gusta esta ciudad balneario que me pinta la campaña. Todos hermanos, bien avenidos y calmosos en la ciudad quieta. Es bonito oír contar esta historia. Ya digo, yo le echaba una semana más.

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