El Consulado español en Miami no asistió a Joaquín Martínez

El Consulado General de España en Miami no prestó la protección jurídica debida a Joaquín José Martínez, el preso español condenado a muerte en 1997 y cuyo proceso está siendo revisado, hasta que no fue relevado el cónsul Carlos Abella, actual embajador de España ante la Santa Sede. Para entonces, el preso español había sido ya prácticamente sentenciado. Martínez envió una carta pidiendo ayuda que fue recibida en la legación diplomática citada el 13 de junio de 1996, seis meses después de su detención. Pero su misiva no llegó al Ministerio de Asuntos Exteriores hasta el primer trimestre de 1997, cuando Abella tenía ya nuevo destino y otro cónsul rescató la carta de los archivos. Debido a esa circunstancia, el español se vio privado de la asistencia legal y económica que pueden recibir los presos. Una circular de Exteriores obliga a informar en 48 horas de los casos y de las peticiones de este tipo. El embajador Abella asegura que nunca tuvo conocimiento de la existencia de la carta, "ni de ese señor". Los padres de Joaquín José Martínez sostienen, en cambio, que el entonces cónsul general nunca les recibió en su despacho. "Sólo de pasada, un minuto y en la puerta; nos daba la mano y decía que estaba muy ocupado", afirman. Fuentes diplomáticas han confirmado que el matrimonio Martínez acudió al consulado en el verano de 1996 para pedir ayuda.