Dos bloques se disputan la capital de La Ribera Alta

Dos bloques que incluyen en su interior a dos potentes fuerzas políticas se disputan una vez más el gobierno de la capital de La Ribera Alta, Alzira, una ciudad muy codiciada tanto por socialistas como por populares.

El PSPV y UV aúnan fuerzas por un lado frente a sus irreconciliables oponentes, el Partit Socialdemócrata Independent de la Comunitat Valenciana (PSI-CV) fundado por el ex alcalde socialista Francisco Blasco, y el PP de Elena Bastidas, la formación más votada en las anteriores elecciones. El socialista Pedro Grande logró hace 4 años la alcaldía al sumar los 5 votos de su partido junto a los 4 de UV, más el representante del Bloc Nacionalista Valencià y el de Esquerra Unida. Bastidas y Blasco, que sumaron 10 ediles, se quedaron a las puertas.

En la próxima investidura Grande y el regionalista Alfredo Garés, que abandonó el PP en la anterior legislatura, volverán a sumar sus votos para derrotar a la coalición de la popular Elena Bastidas con Gisela Blasco (PSI-CV), sobrina del consejero de Bienestar Social e hija de Francisco Blasco. Es muy probable que les falte un voto, de ahí que el candidato del Bloc Tomás Pérez se convierta en el centro de las miradas. Los nacionalistas ya han avanzado que no tienen obligación de pactar "con nadie" y tienen previsto inclinar la balanza en función de quien gobierne en la Generalitat tras el 25-M.

La izquierda local se encuentra muy fragmentada, de ahí que EU, que sufrió una grave y larga crisis durante este mandato, tenga muy complicada su representación. Para estos comicios se ha aliado en Alzira con ERPV pero, de los militantes que perdió, unos se presentan bajo las siglas de la república y los otros se pasaron a Esquerra Verda, ahora coligada con el Bloc. Completan el amplio arco electoral de Alzira, el CDS y Els Verds, que se presentan en solitario tras sus experiencias con EU primero y después con el BNV.