Un tercio de las muertes laborales se produce por accidentes de tráfico

Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de la elevada siniestralidad laboral que se registra en Cataluña. Uno de cada tres trabajadores fallecidos el año pasado perdió la vida al volante durante la jornada de trabajo. Así lo pone de manifiesto un informe elaborado por el sindicato Comisiones Obreras (CC OO) a partir de datos del Gobierno catalán para exigir un "cambio radical" del modelo de movilidad.

Del total de 186 empleados que perdieron la vida en el trabajo a lo largo del año pasado, 60 fallecieron de resultas de un accidente de tráfico ocurrido dentro de su horario laboral. Estos accidentes en misión también causaron el 11,6% de los accidentes laborales graves y el 3,7% de los leves.

Pero las estadísticas son todavía más estremecedoras si también se tienen en cuenta los accidentes in itinere, que se producen en el trayecto de ida y vuelta al trabajo, pero que oficialmente no computan como accidentes laborales. Este tipo de siniestros se cobraron el año pasado la vida de 77 trabajadores catalanes y causaron otros 455 accidentes graves y más de 12.500 leves.

Con estas cifras encima de la mesa, el responsable de política sectorial del sindicato CC OO, Simón Rosado, instó a los grupos parlamentarios a poner en marcha la Ley de Movilidad, cuyo proyecto presentó el Gobierno catalán a finales de 2002, para avanzar hacia un "cambio radical" del modelo de movilidad que, a su juicio, debe priorizar el uso del transporte público y del transporte colectivo de empresa, sobre todo en los polígonos industriales.

Un estudio de la Autoridad Metropolitana del Transporte revela que cerca de 300.000 trabajadores deben desplazarse a diario a alguno de los 571 polígonos industriales del cinturón de Barcelona que no están dotados de transporte público, pero que en cambio destinan buena parte de su superficie a plazas de aparcamiento privado. Casi una sexta parte de la superficie total del polígono de la Zona Franca, por ejemplo, está reservada para aparcar los vehículos particulares, según aseguró ayer Rosado.

Estas deficiencias en el transporte público, además de aumentar el riesgo de accidente de los trabajadores, también ocasiona "graves desigualdades" a la hora de optar a un puesto de trabajo ya que, según datos de CC OO, el 55% de la población adulta catalana no tiene permiso de conducir y el 67% no dispone a diario de vehículo propio. El coste económico es también sustancial, pues el uso del coche resulta casi dos veces más caro que viajar en transporte público, según recoge el mismo estudio de la Autoridad Metropolitana de Barcelona.

Para paliar esta situación, el sindicato CC OO ha puesto en marcha tres proyectos piloto en los polígonos industriales de la Zona Franca, Rubí y Granollers, con los que se pretende, en colaboracíón con empresarios y administraciones públicas, reducir el uso del coche y fomentar en su lugar el uso del transporte público y también del transporte colectivo de empresa, que ha caído en los últimos años.

En esta misma línea, Rosado emplazó a las autoridades a tener en cuenta estos aspectos a la hora de diseñar nuevos proyectos urbanísticos, como la Ciudad Judicial o el centro comercial Diagonal, a fin de garantizar el acceso "sostenible y seguro" de los trabajadores.