Sorolla en peligro
Hay un pequeño cuadro de Sorolla que capta, de forma magistral, el efecto de los últimos rayos de sol sobre el cabo de San Antonio, y sus rojos encendidos tornasolan las aguas encalmadas con fulgor de esmeraldas y rubíes. Está pintado desde la playa del Montañar, y es el alma de Xàbia. Si alguien dijera que personas importantes, con el objeto de adecuarlo a los tiempos modernos, pretendían repintar sobre el cuadro escolleras repletas de cines y centros comerciales, además de estupor motivaría que los ciudadanos se movilizaran en su contra. Pero no es el cuadro el objeto deseado, sino el propio paisaje que lo inspiró, absurdamente sentenciado por una desmesurada ampliación del puerto. ¿Será rentable acabar con el paraíso de Xàbia? El mar es lo último que le queda. ¿Cuántos sorollas, que nunca serán, valdrá cada amarre?
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