España, lanzada a por el título
La selección de Santisteban da un baño a Austria y jugará el sábado la final contra Portugal
"Nosotros, los españoles, siempre pensamos en atacar", había advertido el seleccionador, Juan Santisteban, antes de que sus muchachos le dieran toda la razón. En los primeros 15 minutos, los españoles desplumaron con un fútbol veloz y preciso a una Austria rudimentaria que recordó a aquella vapuleada en Mestalla en 1999. Bastó que tres de los talentos españoles se pusieran rápidamente de acuerdo -Jurado, Silva y David- para barrer a Austria sin compasión. Tras el paseo triunfal en el torneo, ahora llega el gran momento: la final. España jugará el sábado (18.30), en Viseu, ante la anfitriona y poderosa Portugal, que sufrió muchísimo ayer en una semifinal decidida en los penaltis ante Inglaterra. El partido acabó 2-2 y Portugal empató en el tiempo de prolongación. En cuanto a España, será su primera final en este reciente formato sub 17, pero la novena en los anteriores, con seis títulos coleccionados. Ya fue campeona sub 16 en 2001 en Inglaterra con aquella generación de Fernando Torres e Iniesta.
ESPAÑA 5 - AUSTRIA 2
España: Roberto; Ruz (Urien, m. 46), Arzo, Sánchez, Raúl; Bergara, Jurado (Tébar, m. 48); César (Sisi, m. 63), Cases, Silva; y David.
Austria: Olejnic; Gercaliu, Pirker (Konig, m. 40), Salvatore, Schiemer; Fuchs, Frantsich, Sauerer, Balga (Samwald, m. 14), Horvath; y Pichler (Stankovic, m. 44).
Goles: 1-0. M. 3. David, de cabeza, a pase de Silva. 2-0. M. 11. David remata un centro raso de Silva. 3-0. M. 16. Cases recibe un pase de Ruz y bate al portero por el primer palo. 4-0. M. 36. Nuevo centro de Silva que remata David. 4-1. M. 57. Fuchs. 4-2. M. 61. Stankovic. 5-2. M. 67. David empalma un centro de Sisi desde la derecha.
Arbitro: Johannesson (Suecia).
Unos 500 espectadores en el estadio municipal de Mangualde, en Portugal.
Llega una nueva y brillante generación. Su bandera es un gaditano elegante y tranquilo, el capitán Jurado, mediocentro exuberante del Madrid, seguidor de Zidane, que abastece con naturalidad a los interiores. Uno de ellos, Silva, se puso ayer las botas. Este grancanario es considerado la joya de la escuela valencianista, en la que actúa normalmente de media punta. En la selección se desplaza a la izquierda. Y tanto le da. Tres de los cinco goles partieron de esa zurda tan prometedora. Los tres rematados por David.
El delantero del Atlético aprovechó su hambre atrasada -había sido suplente en encuentros anteriores- y su acreditado olfato para marcar cuatro goles. Y eso que falló a bocajarro el que habría sido el quinto, otro centro de Silva que sólo tenía que embocar. Su repertorio, en cualquier caso, resultó variado: el primer gol, de cabeza; el último, de volea, y los otros dos al primer toque.
El combinado de Santisteban es fácilmente reconocible: equipo de poco cuerpo, pero de enorme técnica y movilidad. Con cierta debilidad defensiva, sobre todo en el arranque de las segundas partes, cuando se relaja. Inglaterra le remontó dos goles en la fase previa y Austria le metió ayer en apuros en el primer cuarto del segundo periodo, sobre todo con la entrada en el campo de Stankovic y la salida de Jurado, reservado para la final. Fueron dos goles casi seguidos que causaron cierta alarma en Santisteban. El fuego lo apagó la aparición de Sisi, del Valencia, que lanzó varios latigazos por el extremo derecho y, en uno de ellos, David empalmó un golazo. No superó, sin embargo, la belleza del tercer tanto español, ejemplo de precisión: pase diagonal en profundidad de Jurado al pico izquierdo, centro raso de Silva y remate de David. La jugada engordó más si cabe a David, que, poco después, se atrevió con la polémica suerte de la rabona.
El centro del campo español es su línea más poderosa. Por detrás de Jurado, destaca el pragmatismo de Bergara, de la Real Sociedad, que juega casi siempre de primeras. Por delante, Cases, media punta desequilibrante del Villarreal, con capacidad para el último pase y para marcar: tres tantos en el torneo. Y a los lados, dos interiores cortados por el mismo patrón: pequeños, veloces y tenaces. Silva y el mallorquinista César, más apagado ayer que en las primeras jornadas.
Con su clasificación para la final, España se asegura un puesto en el Campeonato del Mundo, que se disputará en Finlandia entre el 13 y el 30 de agosto.
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