Candidato al foso
Era joven, generoso, honesto y sencillo de palabra. Era una nueva forma de hacer política. Era la política en su más limpia acepción. A los tres días de las elecciones, abarrotaba cosos y estadios. Encabezaba la candidatura de un partido marginal, pero la multitud lo seguía. Sus adversarios estaban hundidos. Y así hasta que, recibió un aviso de la revisión de vehículos: que reserve día y hora para pasar la inspección. Le pareció un plazo muy exiguo, pero telefoneó y dijo que iría a las nueve del día siguiente. No consintió que le acompañaran: "Sois necesarios aquí".
En las oficinas, presentó los documentos y esperó. Minutos después, lo llamaron. Hubo un murmullo entre el público y algunos estrecharon su mano: "Siga usted así". Confidencialmente, un empleado le hizo un guiño: "Lo inspeccionarán en la línea 0, sólo para casos muy especiales". "No, a cualquier trato de favor", protestó. "Pero usted se debe al pueblo ". La línea 0 estaba tras unos cipreses. Había tres técnicos. Superó el alineado de dirección, y en el fenómetro le rogaron que se apeara: "Ahora corra usted, es la nueva normativa". Algo perplejo, echó a correr hasta que le gritaron: "¡frene!". Dio tres zancadas, antes de detenerse. Uno de los mecánicos le reprochó: "Muy lento". Repitió la prueba, hasta el agotamiento. Luego, lo examinaron con un fonendo y le tomaron tensión y pulsaciones. No le gustó el gesto del empleado. Anduvo unos metros y le ordenaron que abriera y cerrara el ojo derecho y el izquierdo, sucesiva e intermitentemente. "Escasos reflejos, amigo", masculló un inspector. Por último, lo colocaron, con las piernas abiertas, sobre el foso de holguras, y lo sometieron a unos bruscos movimientos, hasta que se fue abajo. Un empleado de bata blanca, lo auscultó detenidamente: "Puede ser un infarto". Se lo llevó una ambulancia a toda prisa. Lo último que vio el candidato fue su coche, a la sombra de los cipreses. Poco después, alguien llamó a la sede del partido rival y dijo: "No pasó la inspección y estará en la UVI algún tiempo. Sí, se le acabó la campaña. Una lástima, ¿no?".
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