Fondos sectoriales: tres para cada ciclo
Las economías occidentales están pasando por una fase de estancamiento. Lo más probable es que sigan así durante lo que resta de 2003 y buena parte del año próximo.
Desde el pasado mes de junio, los índices de Bolsa reflejan ya esa situación, moviéndose, con grandes oscilaciones, entre dos líneas paralelas y horizontales que pasan por los valores 5.400 y 6.700 del Ibex 35. La recuperación actual, que a mediados de semana acumulaba el 17%, descuenta el fin de la guerra y puede llevar al Ibex 35 a niveles de 7.000. Una vez agotada, el índice volverá previsiblemente a su movimiento intercadente previo, hasta que la aparición de nuevos datos económicos le permita tomar una dirección decidida.
Puede que en estas circunstancias lo más recomendable sea mantenerse alejado de la Bolsa. Pero quienes quieran apostar por unos rendimientos superiores a los que raquíticamente proporcionan hoy en día la mayor parte de las inversiones, una combinación adecuada de fondos indexados (que replican un índice de Bolsa) y fondos sectoriales puede ser la alternativa a los fondos sin riesgo (garantizados, FIAMM y de renta fija a corto plazo). Y más con la legislación actual, que permite la rotación de una cartera de fondos y aplazar el pago del impuesto.
En España existe un elevado número de fondos que se especializan en invertir en determinados sectores de Bolsa: con un criterio amplio ascienden a 562. El sector financiero, por ejemplo, superó a los demás en rentabilidad en un momento parecido al actual (1992) cuando no estaba claro que las economías estuvieran creciendo con fuerza. Pero también en plena burbuja bursátil (1997). El sector tecnológico superó a todos los otros en momentos muy diferentes: en plena burbuja (1996, 1998 y 1999), pero también cuando las economías comenzaban a tomar velocidad (1993 y 1994). En los momentos de dudas o de abierta crisis, los sectores más pujantes en Bolsa fueron: salud (1995); agua, gas y electricidad (2000), y bienes de consumo no cíclicos (2001 y 2002).
La incertidumbre sobre el futuro más cercano quizá recomiende una combinación equilibrada de los dos primeros (financiero y tecnológico) y uno de los últimos (salud). Aunque la experiencia de estos años de crisis no aliente mucho la inversión en casi ninguno: en los tres últimos años las pérdidas medias acumuladas por esos fondos sectoriales han oscilado entre el 81% de los tecnológicos y el 4% del sector de alimentación y bebidas. La excepción es el Sector de Metales Preciosos, que ha ganado en tres años un 13%. Algo coyuntural propiciado por la subida del precio del oro, metáfora de la propia inestabilidad que estamos comentando.
Juan Ignacio Crespo es director de Análisis de Lipper.
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