Titirimundi llena Segovia de magia
Este festival internacional de marionetas presenta 260 actuaciones en diez días
Titirimundi es el caso más patente que hay en España de cómo un festival puede transformar una ciudad y convertirla en una auténtica fiesta. Segovia recibe entre hoy y el 18 de mayo a 40 compañías de 17 países distintos, que ofrecerán un total de 260 representaciones durante diez días. Teatros, calles, espacios que nunca se abren, patios, bares, jardines y cualquier recoveco sirven para ofrecer una de las 26 actuaciones diarias de media que habrá en esta ciudad.
Segovia se entrega por completo a un género del que muchas personas desconocen sus infinitas posibilidades de creación. De hecho, en España ha estado ligado durante décadas el mundo del títere al teatro para niños y son eventos como Titirimundi los que han abierto los ojos y han descubierto nuevos e inimaginables paraísos a los espectadores adultos sensibles al arte y la belleza. De hecho, la mayoría de montajes de esta muestra son para adultos o todos los públicos.
Titirimundi, convertido en uno de los encuentros de titiriteros y marionetistas más importantes del mundo, celebra su 17ª edición. Su director, Julio Michel, cuenta orgulloso el alto nivel de calidad que tiene la edición de este año: "Sobre todo importa el ambiente que crea una ciudad en la que todo contribuye al éxito de la iniciativa".
El programa incluye 60 representaciones de interior, ofrecidas en teatros o espacios adaptados como tal. Éstas son de pago, pero las otras 200 son de animación y gratuitas. Muchas de ellas no son estrictamente de títeres, ya que los organizadores también programan grupos musicales que animen, como Gran Angular o La Trouppe de la Merced. También se dan otras actividades que pertenecen al mundo del teatro de calle, como pasacalles; el grupo británico Dark Horse, con sus cabezones; los belgas D'Irque, con su circo de calle; los colombianos La Maloka del Sol; el teatro de hilos del checoslovaco Pavel Vangeli; el estadounidense Teatro Pachuco; el checoslovaco Vita Marcika, así como folcloristas, entre los que encontramos al Dúo Mayalde o los tradicionales titiriteros de Binéfar.
También al aire libre, en dos plazas de la ciudad, están dos impresionantes y exquisitos carruseles, construidos por la Compañía Royal de Luxe a modo de auténticos tiovivos antiguos y convertidos en dos obras de arte surrealistas y prodigios de imaginación.
"Lo que tenemos claro es que queremos llegar a todos los públicos con esta invasión pacífica y colorista de la ciudad y no nos olvidamos que la noche también existe", dice Michel, en referencia a que en algunos bares de la ciudad se ofrecen actuaciones gratuitas propias de estos ambientes, como el cabaré canadiense Decadanse, del grupo 4Somao o el montaje Sopa de los uruguayos Conde y Peraza.
En cuanto a espectáculos tradicionales cuyos orígenes se remontan en los tiempos están los pupis sicilianos, que la Unesco los ha considerdo desde hace dos años patrimonio de la humanidad; los Títeres de Cahiporra; los Punch and Judy del británico Rod Burnett, el australiano Richard Bradshaw, el gran clásico de la sombra o el italiano Salvatore Gatto con su Pulcinella.
Para los buscadores de lo exótico están las marionetas acuáticas de Hanoi, con una tradición de nueve siglos en Vietnam. Se representan en un estanque, sobre el agua, con una bellísima música y narradores que cantan. Las marionetas flotan y los manipuladores, ocultos tras una pagoda, están sumergidos dentro del agua.
Dentro de las curiosidades venidas de países lejanos, también está el anciano indio Brasanna Rao, que ofrece sugerentes espectáculos de sombras con las manos.
Entre los montajes más vanguardistas y experimentales están los de Bambalina, los Hermanos Oligor o el mágico Stephen Mottram. Como contrapunto, la tradición la encontramos en Teatro La Chana, La Fanfarra, los brasileños Mamulengo Presepada, los marionetas de Varna, de Bulgaria.
Un fenómeno curioso es Bryan Tolley, estadounidense que vive en Francia, adonde llegó tras abandonar su brillante carrera de ingeniero para convertirse en un titiritero. Sus muñecos poseen mecanismos de alta tecnología. Y entre los fenómenos nacionales, el narrador Federico Martín, quien, con libros y objetos, narra historias que convierte en fascinantes con su carisma de hombre profundamente culto y curioso.
En el terreno de la poesía y la tradición, muy cercano a Martín, están Rodorín, un cuentacuentos que se ilustra con muñecos o los bululús de El silbo vulnerado.
Los espectadores infantiles tienen una programación específica para ellos, con espectáculos de gran calidad, en los que hay cabida tanto para propuestas tradicionales como aquellas que ofrecen lenguajes innovadores, como Artemis, El Retablo, La Gaviota, La Gotera de Lazotea, Le Tof Thèatre, Los Duendes, Pablo Nojés y Gorakada.
XVII Festival Internacional de Títeres Titirimundi. Segovia, del 9 al 18 de mayo. Precio: de 5 a 13 euros. Abono general: 71,50 euros. Venta de entradas: Tel. 902 101 212, y en taquilla del Teatro Juan Bravo. Más información, 921 460 036 y www.titirimundi.com
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