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Reportaje:FÚTBOL | Liga de Campeones, ida de las semifinales

Milaneses contra milaneses

El Inter y el Milan, originalmente un solo club, viven una rivalidad apasionada, pero no violenta

José Sámano

"¿Que el Milan quiere al Madrid? Cuando acabe la temporada, organizamos un partido amistoso contra ellos". "¿Que el Inter nos organiza un encuentro con el Madrid? Muy bien, pero tendrá que ser tras la final de la Champions". El pique dialéctico entre Hernán Crespo, delantero argentino del Inter, y Adriano Galliani, vicepresidente del Milan, refleja el estado de ánimo de una ciudad en ebullición futbolística ante un hecho histórico: hoy (20.45, La 2 y Canal +), la única urbe con dos ganadores del gran torneo asistirá por primera vez a un duelo entre ambos en el mismo. Algo insólito para dos escuadras que han dirimido ya 250 rencillas, pero jamás en la Copa de Europa, en la que han levantado siete títulos: cinco el Milan y dos el Inter. Milán llevaba toda la vida soñando algo semejante y ayer se respiraba en ella una calma tensa, sin otros distintivos que las miles de banderas que cuelgan de los balcones reclamando paz en Irak y alguna que otra de Ferrari.

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En medio de la chicha aparente, las discusiones futbolísticas se amontonan por los rincones a la espera de que 85.700 vecinos conviertan San Siro en una caldera de pasiones. "Es falso que en esta ciudad cada equipo tenga un 50% de seguidores; si quiere escribir la verdad, cuente que el Milan tiene el 55% y el Inter el 45%". El consejo de Gino, dueño de un céntrico restaurante en el que saca pecho ante una foto suya con Giovanni Trapattoni -seleccionador italiano, ex jugador del Milan y ex técnico del Inter-, es matizado por Luigi, un empleado que no está dispuesto a sellar sus labios ante el jefe en cuestiones del calcio: "Soy del Foggia, pero en Milán hay tantos de un equipo como de otro y se hermanan cuando pierde el Juventus". Una excepción: sin que sirva de precedente, Milán era ayer juventina. Gino lo explicaba así: "En la final será más fácil ganar a la Juve que al Madrid". ¿Y por qué es usted milanista? "Un nacido en Milán debe ser de un equipo con el nombre de su ciudad, ¡digo yo!".

El derby de Milán está despojado de las connotaciones de otras riñas futbolísticas. Ni se afilan los cuchillos como en el Boca-River ni tiene aristas religiosas como el Celtic-Rangers. El reto milanés tiene más que ver con el prestigio. "A ninguno nos gustan los seguidores rivales, pero todos vamos en los mismos tranvías y compartimos el trabajo y los bares. Incluso en las familias son frecuentes los tifosi de uno y otro", enfatiza Luca, un radical interista.

De alguna manera, las dos instituciones han compartido muchas cosas. Embrionariamente, fueron el mismo club. En 1899, un inglés afincado en Milán, Alfred Edwards, decidió en un bar americano de la ciudad, entre trago y trago con un grupo de compatriotas, fundar el Milan Cricket and Football Club. El 9 de marzo de 1908, en el restaurante Orologio, se produjo una rebelión a bordo y un grupo de italianos y suizos crearon su propio club, el Internazionale. El primer choque entre ambos llegó seis meses después, en suelo neutral: Chiazzo (Suiza). Desde 1926 tienen otro nexo en común: el estadio de San Siro, sufragado por un mecenas, Piero Pirelli, junto a la iglesia del santo. Desde 1980 se llama oficialmente Giuseppe Meazza, otro cordón umbilical: este liviano delantero de los años 30 jugó en ambos equipos.

¿Qué acuna a interistas y milanistas? Luis Suárez, mítico ex jugador del Inter, aún a sueldo en el club, subraya que los vecinos se alistan "en función de quién triunfe en cada momento". "En el campo hay una gran pasión. En la vida cotidiana, la rivalidad no pasa del cachondeo. Se trata de presumir de los triunfos", añade.

Hace decenios se apuntaba a la política como el hecho diferencial. El Inter reclutaba entre las clases altas y el Milan entre las bajas. Ya nada es lo mismo: el Inter lo controla Mássimo Moratti, magnate petrolífero que coqueteó con una candidatura de centro-izquierda a la alcaldía; el Milan es propiedad de Silvio Berlusconi, un primer ministro de la derecha. Cosas de la telaraña política de Italia, donde el primer ministro concede entrevistas a la prensa deportiva el día que se sienta en el banquillo acusado de sobornar a jueces. Berlusconi proclamó su deseo de una final Milan-Juventus, para disgusto de José María Aznar, su amigo más madridista.

Milan: Dida; Costacurta, Nesta, Maldini, Kaladze; Brocchi, Gattuso, Seedorf o Serginho; Rui Costa; Shev-chenko e Inzaghi.

Inter: Toldo; Javier Zanetti, Córdoba, Cannavaro, Materazzi, Coco; Sergio Conçeiçao, Di Biaggio, Emre; Recoba y Hernán Crespo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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