El Arsenal culmina su suicidio y hace campeón al United

El Arsenal culminó ayer uno de los suicidios más clamorosos del fútbol inglés al perder en casa ante el Leeds United, ubicado en la zona baja de la clasificación, y hacer matemáticamente campeón de Liga al Manchester United a una jornada del final. Las cañoneros de Arsène Wenger, que llevaban ocho puntos de ventaja al equipo del cascarrabias sir Alex Ferguson a principios de marzo, eran claramente favoritos para adjudicarse el doblete por segundo año consecutivo. Ahora sólo les queda el consuelo de ganar la Copa de Inglaterra ante el Southampton, el 17 de mayo próximo, en el modernísimo estadio de Cardiff.

Tras la victoria del Manchester el sábado ante el Charlton (4-1) y la humillante derrota de ayer del Arsenal en Highbury ante el Leeds (2-3), el United es ya campeón con 80 puntos y un partido por jugar, una distancia inalcanzable ya para los londinenses, que tienen 72 puntos y les quedan sólo dos partidos. Y, sin embargo, la Premiership aún parecía predestinada para el Arsenal hace apenas una semana, cuando llevaba dos goles de ventaja en campo del Bolton a 20 minutos del final y parecía en condiciones de igualar en puntos al Manchester y superarle por diferencia de goles.

Wenger: "El United perdió el título el pasado año y se gastó 30 millones en un jugador"

Pero la frívola falta de concentración de los cañoneros ese día, incapaces de rematar a un equipo que jugaba ya a la desesperada para eludir el descenso, se convirtió pronto en sendos goles en contra y un empate que hizo cambiar el sentido de las apuestas y convirtió al Manchester United en el gran favorito para el título liguero.

Ayer, el Leeds, un histórico que se ha pasado la temporada a las puertas del descenso y que vive una crisis económica que cuestiona incluso su propia existencia, siempre fue por delante en Highbury Park. Supo aprovechar los nervios del Arsenal para atestarle un golpe mortal a través de Viduka en el minuto 88 que asegura su permanencia en la división de oro del fútbol inglés, hunde a los cañoneros de Wenger en la depresión y convierte al United en campeón.

Al Arsenal apenas le queda el consuelo de haber ofrecido algunos de los momentos más hermosos de fútbol de la temporada y de contar en sus filas con Thierry Henry, proclamado en vísperas del partido mejor jugador del año en Inglaterra por la asociación de escritores de fútbol. También sus compañeros y rivales le eligieron mejor jugador del curso.

Ayer, Sir Alex no vio el partido del Arsenal. Estaba celebrando el cumpleaños de su nieto cuando un amigo le telefoneó para explicarle el tercer gol del Leeds a dos minutos del final. Dice que desconectó el teléfono y siguió jugando con el nieto. Para el Manchester, las victoria es la mejor terapia para un equipo que se sentía viejo tras perder el camino de la gloria en la Liga de Campeones y que padece un día tras otro el creciente desencuentro de dos estrellas que quieren acaparar todo el brillo del firmamento: el veterano entrenador Ferguson y el avispado vendedor de imagen David Beckham. Ayudado por su famosa mujer, la cada vez menos estrella del pop y en tiempos Spicy Girl, Victoria, Beckham deshoja noche tras noche la margarita que le hace dudar entre las broncas de sir Alex y los millones del Real Madrid.

Wenger se lo tomó con cierta filosofía. "Ha habido una diferencia muy pequeña entre los dos equipos en la Liga, pero si miras la Copa y la Liga nosotros somos el mejor equipo de Inglaterra", dijo el técnico francés. Agregó, además, que la superioridad del Manchester United se produce en el aspecto financiero. "Hay que mirar al futuro y tratar de ser los primeros la próxima temporada. Con un 50% de menos poderío económico que el Manchester ser segundos no está tan mal. El año pasado, cuando el United perdió el título, respondió comprando un jugador por 30 millones de libras. Yo no lo voy a hacer. Nuestro jugador más caro cuesta doce millones", argumentó el entrenador.