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Un estudio sostiene que el 23% de las niñas y el 10% de los niños han padecido abusos sexuales

Un profesor de la Universidad de Granada analiza una muestra de 800 cuestionarios

Javier Arroyo

El abuso sexual a menores es un delito que en muy pocas ocasiones llega al juzgado a pesar de ser más frecuente de lo que percibe la sociedad. Las investigaciones que lleva a cabo el profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de Granada, José Cantón Duarte, al respecto develan una realidad en la que el 10% de niños y el 23% de niñas sufren estas agresiones. Otra conclusión de los estudios de la Universidad de Granada es que sólo se presentan denuncias en el 10% de los casos. El estudio se basa en 800 cuestionarios rellenados por universitarios.

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El citado profesor está a punto de finalizar un estudio sobre el abuso sexual infantil que supondrá la radiografía más completa sobre este delito en Andalucía. Para este proyecto, Cantón ha contado con la colaboración de 800 universitarios, que han rellenado un cuestionario de manera totalmente confidencial.

A pesar de que los datos son aún preliminares, los resultados ya arrojan números relevantes: de los 800 jóvenes entrevistados, 113 (14% del total) han resultado ser personas que tuvieron que soportar en su niñez algún tipo de abusos sexuales. Sólo cuatro de esos casos se denunciaron ante las autoridades, una cifra que apenas sobrepasa el 3,5%. Los resultados que aún quedan por analizar permitirán conocer el perfil de los maltratadores y las consecuencias que han arrastrado los maltratados durante el resto de su vida.

Estas cifras reflejan perfectamente la oscura y tremenda realidad de los abusos sexuales infantiles, una situación que las víctimas padecen calladamente, a lo que hay que añadir las amenazas para forzar su silencio o la humillación que les supone recordarlo o contarlo.

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Otro problema añadido que dificulta en gran medida la protección real de las víctimas es el de las falsas denuncias. Según el profesor granadino, el 7% de las denuncias de abusos sexuales infantiles son falsas. Esta cifra, según el informe de la organización Save the Children Niños y niñas víctimas de abuso sexual y el procedimiento judicial de la ONG a favor de la defensa y promoción de los derechos de la infancia , "es un porcentaje bastante reducido pero que ha dañado la credibilidad de la víctima en los casos de abuso sexual infantil, calando entre los profesionales del ámbito judicial". Así, unas pocas falsas víctimas impiden que se solucione el problema de muchas verdaderas.

Esta misma organización reconoce que "es cierto que la mayoría de las denuncias falsas se dan en aquellos casos de separación en los que hay problemas de custodia, de regímenes de visita etcétera, pero esto no debería generalizarse para interpretar que todos los abusos sexuales que se denuncien en los que las parejas estén separadas sean falsos". El 40% de las denuncias en las que un cónyuge acusa al otro de haber abusado sexualmente de alguno de los hijos resulta ser falsa cuando los padres están en proceso de separación o ya están separados pero tienen problemas con el régimen de visitas de los hijos. Estas falsas acusaciones, según Cantón buscan que el juez prohíba al supuesto abusador ver de nuevo a su hijo o, incluso, facilitar la separación.

Save the Children insiste en que los falsos negativos -las ocasiones en los que el niño se echa atrás en su denuncia, a pesar de ser verdad- son muchos más que los falsos positivos -cuando la apariencia de los hechos parece verdad y resulta ser falsa-.

Los jueces se ayudan en las sentencias en estos casos de abusos con los informes de psicólogos forenses. Precisamente para que estos profesionales encargados de certificar la veracidad de los abusos infantiles puedan hacerlo con total pericia y sin dejarse llevar por los problemas de comunicación de los niños o por las presiones de los padres, Cantón y un equipo de colaboradores han puesto en marcha un curso sobre evaluación psicológica del abuso sexual infantil. Según su creador, el curso busca ofrecer las "estrategias para disminuir los fallos producidos en el tratamiento de los abusos sexuales".

Tanto Cantón como Save the Children coinciden en un punto. A pesar de las carencias cognitivas, sociales y de comunicación de los niños, las inexactitudes en la información y en los informes periciales suele ser más un problema del profesional que interviene en las entrevistas que de las víctimas de abusos sexuales.Así, Cantón aconseja que el psicólogo encargado de entrevistar a un niño que supuestamente haya sufrido un abuso debe, a pesar de todo, ser totalmente neutral, ni a favor ni en contra del niño, planteándose como posibles todas las hipótesis y sin ofrecer datos que el niño pueda introducir en la historia. "El niño puede no acordarse de algo, si el entrevistador le apunta cualquier posibilidad, es muy probable que el niño la incorpore a la historia".

Datos para un perfil

Los datos sobre abuso sexual infantil son muy difíciles de encontrar porque es un delito al que no se le ha prestado la suficiente atención hasta ahora. En Andalucía, José Cantón Duarte, de la Facultad de Psicología de Granada, tiene en marcha uno de los primeros estudios que ofrecerán datos sobre este problemas social. A la espera de conseguir ese perfil actualizado, Cantón ofrece algunas pinceladas sobre el problema: ocurre en todas las clases sociales y los abusadores son en su mayoría hombres, tanto de dentro como de fuera de la familia. A su vez, la mayoría de la víctimas son niñas, algo más del doble de casos que de niños.

La mayoría de las agresiones ocurren dentro de la familia y de ellas, dice Cantón, alrededor del 40% de los casos tiene como abusador, no al padre, sino a primos o hermanos, normalmente menores de edad. También es frecuente, cuando el abuso tiene lugar fuera de la familia, que los culpables sean vecinos muy cercanos a la familia o, incluso, compañeros de colegio.

¿Cuáles son los indicadores del abuso sexual infantil? ¿Hay alguna actuación en los niños que permita deducir que el niño está siendo vejado? Cantón afirma que este es un aspecto complicado y que "sólo hay dos síntomas específicos" que pueden sugerir abuso sexual: "Una conducta sexual inapropiada en un menor puede hacernos sospechar". Si un chico de pocos años tiene actitudes seductoras excesivas hacia sus compañeras, por ejemplo, podríamos pensar en la posibilidad de que a su vez sea víctima de abusos.

El segundo de los síntomas es el desorden de estrés postraumático, pero sólo aparece en el 40% de los casos, explica Cantón, porque "los niños no siempre se sienten culpables de algo que, a veces, ni siquiera entienden".

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