Berlín en movimiento
El viajero que llega a la capital alemana buscará en vano un casco antiguo como el que albergan otras muchas ciudades. El viejo Berlín, ese modesto e intrincado corazón medieval de la tardía metrópoli, ha sido pasto de las guerras ideológicas que han tenido lugar durante los últimos cien años a golpe de bombas, granadas y excavadoras. Lo que espera encontrar todo el que se adentra de noche en los recovecos más íntimos de una gran ciudad se puede hallar en el distrito de Spandauer Vorstadt, algo así como un sucedáneo de casco antiguo. Este barrio -que ya aparece desbordante de diversión en la novela de Döblin Berlín Alexanderplatz- se extiende al norte de la isla de los museos, a derecha e izquierda de la Oranienburgerstrasse, arteria de comunicación entre dos grandes epicentros de la vida urbana berlinesa: los Hackesche Höfe, una intrincada sucesión de patios de viviendas y locales culturales y comerciales, y el Tacheles, centro cultural y probablemente el más famoso de los edificios en ruinas ocupados nada más caer el muro. Domesticado desde hace mucho tiempo, tanto en el aspecto constructivo como artístico, el Tacheles sigue siendo un posible punto de partida para el recorrido por las galerías de Auguststrasse.
Restaurantes y cafés.
Por la noche, el público de la zona pasea dispuesto a adentrarse en un verdadero caleidoscopio de ambientes urbanos: caminando a la vera de escaparates de boutiques y establecimientos de diseñadores que rinden homenaje al purismo o al trash; pasando junto a las prostitutas que tientan a los conductores de las limusinas que se deslizan por los oscuros aledaños del parque de Monbijou; atravesando las vallas protectoras delante de la antigua sinagoga, suntuosa y monumental; dejando atrás los enormes edificios de correos que parecen sumidos en un profundo sueño y en los que no hay el más mínimo indicio de vida; atravesando una y otra vez el halo de luz que sale de restaurantes y cafés.
Historias urbanas.
En 1990, el visitante aún habría encontrado aquí un barrio de edificios antiguos, venido a menos, pero a salvo de la destrucción planificada, con unas estructuras constructivas originarias del siglo XVIII que transmitían la imagen de un Berlín premetropolitano, en medio de una ciudad dominada por los bloques de pisos de alquiler de los años de la gran expansión industrial y por la arquitectura moderna de la posguerra. En este lugar pervivían diversos estratos constructivos, y si uno quería, podía escucharles narrar múltiples historias urbanas: sobre la vida apacible en los alrededores barrocos del palacete de recreo de la condesa de Wartenberg; sobre la extinta cultura judía que tanto marcó la fisonomía de Berlín hasta que se desató el terror del nacionalsocialismo y que hoy día vuelve a consolidarse precisamente aquí, alimentada por la afluencia de inmigrantes procedentes del este de Europa; sobre el florecimiento de la ciencia, del comercio y de la tecnología urbana en torno a 1900.
Cultura de clubes.
Pero por aquella época aquí también se podían encontrar casas deshabitadas y solares baldíos, nichos desocupados que fueron conquistados de inmediato por una nueva cultura de clubes que convirtió Berlin Mitte en uno de los lugares más estimulantes de Europa. Aunque de forma involuntaria, esta subcultura atrajo la atención de avezados inversores que finalmente transformaron o pusieron fin a este despliegue de actividades semilegales. Desde entonces, la rehabilitación de la zona ha hecho grandes progresos. Apenas si queda algún vestigio de la cultura de locales de aire provisional de los primeros años noventa. El ambiente juega con remembranzas de formas, colores y materiales de los pasados años setenta. Y aunque nada parece dejado al azar, eso no significa que los tiempos de la experimentación hayan llegado a su fin. Spandauer Vorstadt sigue atrayendo a un público con ganas de innovación. A veces los locales abren y cierran de un mes para otro.
Arquitectura metropolitana.
Paseando por el laberinto de patios de Hackescher Markt es posible contemplar la coexistencia de ambientes enteramente diferentes. A un lado tenemos un conjunto de edificios posmodernos con viviendas y despachos. Al otro, un bloque de oficinas en acero y vidrio construido hace tres años, y los citados Hackesche Höfe, rehabilitados en 1996. Para terminar, a la izquierda se levanta un edificio antiguo, lujosamente reformado, que fue el que inspiró al escritor Norman Ohler la novela Mitte.
Por suerte, la banalidad que caracteriza al diseño de los edificios de viviendas colindantes ya no constituye la regla imperante. El calificativo de barrio de moda ha tenido su repercusión en la arquitectura, que se muestra metropolitana, elegante en ocasiones y poseída por la euforia de la yuxtaposición de lo escenificado y lo cotidiano que diferencia a este barrio de los demás. ¿Significa eso que estamos ante una arquitectura para los nuevos berlineses? Ése es precisamente el carácter de los nuevos edificios de la plaza Monbijou, de las calles Oranienburger, Rosenthaler o August, integrados en la tradición de un barrio en el que ya se dio alojamiento a los primeros judíos llegados de Viena en el siglo XVII. A Berlín le viene muy bien despertar la confianza de los forasteros, y no sólo en lo que a arquitectura se refiere.
- Ulrich Brinkmann es uno de los coordinadores de la revista de arquitectura Bauwelt.
GUÍA PRÁCTICA
Datos básicos
Prefijo telefónico: 0049 30.
Cómo ir
- Iberia (902 400 500). Directo a Berlín desde Madrid, por 367,30, y desde Barcelona, por 351,30. Úlitma hora en: www.iberia.com, desde 161 más tasas.
- Lufthansa (902 220 101). Ida y vuelta desde 225 euros más tasas, desde varios aeropuertos españoles.
- Air Berlin (901 116 402 y www.airberlin.com). Según el día y el mes, a partir de 99 euros por trayecto.
Dormir
- Hotel Künstlerheim Luise (28 44 80). Luisenstrasse, 19. La doble, 121 euros.
- Hotel Unter den Lind
en (23 81 10). Unter den Linden, 14. A partir de 98.
Comer
- Pan Asia (27 90 88 11). Rosenthalerst., 3
8. Entre 12 y 30 euros.
- White Trash Fast Food (0049 17 94 73 26 39). Torstrasse, 201. Menú, 7 euros.
- Monsieur Vuong (30 87 26 43). Alte Schönhauserstrasse, 46. Platos, 6.
Más direcciones
- BARES: Riva Bar (24 72 26 88). Dircksenstr., 142. Engelspalast (28 39 16 98). Neue Schönhauserstr, 14. Greenwich. Gipsstrasse, 5.
- TIENDAS: Trippen Gallery. Alte Schönhauserstrasse, 43: zapatos. Nubiaaz. Rosenthalerstrasse, 36: ropa para hombre y mujer. Blush. Alte schönhauserstrasse, 25: ropa interior.
Información
- Turismo de Berlín (700 862 37 546, www.btm.de).
- www.berlinonline.de.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.