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Reportaje:LA VISITA DEL PAPA | Las ceremonias en Madrid

Más canonizaciones que nadie

Juan Pablo II ha proclamado casi tantos santos y beatos como sus 264 predecesores juntos

Durante los últimos cinco años, incluyendo los cinco nuevos santos del próximo domingo, Juan Pablo II ha canonizado a veinte españoles, el último de ellos san Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei (canonizado en Roma, en 2002). También elevó a los altares al fraile franciscano Pedro de Betancour, de origen canario, del siglo XVII, fundador de los Religiosos y Religiosas Betlehemitas (canonizado en Ciudad de Guatemala); a Alonso de Orozco, fraile agustino de origen toledano, del siglo XVI, que vivió, desarrolló su ministerio y murió en Madrid (Roma, 2002); a santa Paula Montal Fornés, religiosa catalana del siglo XIX, fundadora de las Religiosas Escolapias (Roma, 2001), y santa Josefa Sancho Guerra, religiosa vasca del siglo XIX, y fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad (Roma, 2000).

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Pero las ceremonias de santificación o beatificación, como tales, no son noticia en este pontificado. Juan Pablo II, papa desde 1979, lleva ya 124, en las que ha santificado a 460 personas y beatificado a otras 1.000, una cifra imponente si se tiene en cuenta que todos sus 264 predecesores juntos suman 1.921 santificaciones y 1.742 beatificaciones, según el registro [Index general] de la Congregación de las Causas de los Santos, publicado en Roma hace cuatro años. Claro que el recuento de los curiales no fue completo: hasta la centralización por Roma de los procesos para la proclamación de los santos y los beatos, dictada por el papa Sixto V en el siglo XVI, las diferentes Iglesias elevaban a los altares sin tanta formalidad, a veces por votación de los fieles, de forma que Roma misma reconoce que el número de santos "es incontable" e, incluso, ha instituido la fiesta de Todos los Santos con esa finalidad.

Los fundadores

Juan Pablo II, además, se ha distinguido por hacer santos o beatos a muchos contemporáneos, situación que no era frecuente en las iglesias antiguas. Es el caso del fundador del Opus Dei, muerto en 1975, o el de la madre Teresa de Calcuta, e incluso el de algunos de los beatos que van a ser canonizados en la Plaza de Colón, de Madrid, el próximo domingo. Por contra, algunos procesos de santificación se retrasan siglos. Ejemplos llamativos, en el caso de España, son el de la reina Isabel la Católica, e incluso el de fray Bartolomé de las Casas, muertos hace quinientos años y cuyas causas de beatificación, promovidas respectivamente por los arzobispados de Valladolid y Sevilla, están atascados desde hace décadas y probablemente no llegarán nunca a buen fin.

Otra característica que guía las canonizaciones de este pontificado es la de elevar a los altares con celeridad a eclesiásticos o seglares que hayan realizado alguna fundación. Es el caso de tres de los beatos que van a convertirse en santos el domingo: el padre Poveda, fundador de las teresianas, sor Ángela de la Cruz, fundadora de las Hermanas de la Cruz, y de Genoveva Torres, fundadora de las Angélicas.

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Juan Pablo II ha beatificado en los últimos cinco años a 260 españoles, entre ellos a Ceferino Giménez Malla, el Pelé, seglar gitano. Con la canonización, este domingo, del beato Póveda, asesinado en Madrid en 1936, habrá elevado ya a los altares a once beatos de los denominados mártires de la Guerra Civil. Las primeras de las beatificásemos se produjeron en 1987 y desde entonces ya ha instalado en los altares a 471 mártires, de los que 379 fueron en vida religiosos, 4 obispos, 43 sacerdotes seculares y 45 seglares.

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