Molina, baja por una rotura fibrilar

La fortuna ha vuelto a maltratar a Molina, que el próximo domingo será baja por segunda vez en los dos meses que lleva reincorporado al equipo. El portero sufre un microrrotura fibrilar en el muslo derecho por la que los médicos del Deportivo le pronostican unos diez días de baja. Si fuese así, el guardameta internacional se perdería el partido del domingo ante el Recreativo en Riazor, pero ya estaría de condiciones de viajar la siguiente jornada a Málaga.

Cuando a principios de octubre se le diagnosticó un cáncer testicular, pocos se atreverían a aventurar que Molina estaría en condiciones de afrontar la recta final de la temporada. Pero su recuperación fue muy rápida. Al regreso de Navidad se reincorporó a los entrenamientos. Y Javier Irureta le hizo reaparecer el 15 de marzo ante el Rayo, en Riazor, en un partido en el que, según confesión propia, sufrió más nervios que en toda su larga carrera anterior.

A partir de entonces, Molina se enganchó al equipo sin que en ningún momento diese muestras de acusar la inactividad. Pero la fortuna no le ha ayudado mucho. Ya se perdió el choque contra el Barcelona en el Camp Nou, hace 20 días. Y esta semana le deparó también malas noticias. Molina jugó el domingo en Mallorca y, nada más acabar el partido, se fue a Madrid para asistir a la cena de ex jugadores del Atlético en conmemoración del centenario del club, un alarde de su fidelidad al equipo que le lanzó al estrellato. De regreso a los entrenamientos surgió la lesión, que obligará a Irureta a recurrir de nuevo el próximo domingo al intermitente Juanmi.

Por otra parte, el Deportivo multará con 3.000 euros, la sanción más elevada prevista en sus normas de régimen interno, a Donato por haberse ausentado del viaje del equipo a Mallorca. El futbolista ha prodigado en los últimos días los gestos de arrepentimiento. Ayer publicó una carta en La Voz de Galicia en la que pide disculpas y asegura que, aunque dejara el club a final de temporada, su "corazón seguirá siendo blanquiazul".