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Crítica:FERIA DE ABRIL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Atormentados

Antonio Lorca

Aprietan los dientes, separan los labios, tensan los músculos, entornan los ojos y se les queda una cara de sufrimiento que da pena verlos. La imagen misma del tormento. Eso fue todo lo que dieron de sí Joselito y Morante.

El primero parece tener la cabeza en otro sitio, a años luz del torero poderoso de épocas pasadas, en una mezcla de desidia, pasotismo, frialdad y desconfianza. Lo intenta sin gran esfuerzo y no le sale nada. Parece un obrero desmotivado, estresado y de vuelta de todo. Ficha, trabaja sin ánimo y se va a su casa. Y el trabajo lo hace mal: siempre con todas las ventajas, muy despegado, al hilo del pitón, precavido e insulso. Un bajonazo le propinó a su soso primero, y escuchó pitos cuando acabó una faena desordenada y fea a su codicioso cuarto. ¡Cómo estaría...!

Jandilla / Joselito, Morante, El Cid

Toros de Jandilla (siete fueron rechazados en el reconocimiento), justos de presentación, flojos y nobles; bravucones los tres últimos. Joselito: bajonazo (silencio); pinchazos y estocada caída (pitos). Morante de la Puebla: pinchazo y media (silencio); casi entera (pitos). El Cid: estocada trasera y caída (silencio); dos pinchazos -aviso-, casi entera (palmas). Plaza de la Maestranza, 28 de abril. 9ª corrida de feria. Lleno.

Lo de Morante es distinto por edad, paisanaje y cualidades artísticas. Pero parece un anciano,desilusiona a quienes quieren convertirlo en ídolo, y ha escondido su arte hasta más ver. Monrante es la tristeza y la incapacidad más absoluta. Se preocupa de componer la figura, pero le puede la torpeza. Sencillamente, no puede. Perdido y sin ideas se mostró ante su noblote primero, y naufragó en el otro, noble y con recorrido, preso de dudas y desconfianza. No encontró nunca el terreno adecuado, tampoco se cruzó y a punto estuvo de sufrir un percance por su mala cabeza. Tuvo toro de triunfo en el quinto, pero Morante no está para hazañas de ningún tipo. Y todas las ilusiones de un par de verónicas forzadas se desvanecieron en una mirada del toro.

Y tampoco tuvo su tarde El Cid, que todo lo malo se pega. No tiene la cara apretada de sus compañeros, pero debe tener cuidado porque eso es un virus contagioso. Unas verónicas con las manos bajas a su primero dieron paso a una actuación desvaída ante un toro muy soso. Y en el último, soso también, pero con recorrido, un par de naturales largos y un templado pase de pecho, en el contexto de una faena larga, desilvanada, pesada y con todos los defectos de la modernidad. Es decir, un borrón en su carrera. Y con la espada, como siempre, un dolor...

El Cid, en un natural al sexto de la tarde.
El Cid, en un natural al sexto de la tarde.GARCÍA CORDERO

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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