Crece el negocio de la basura

Ni escritores ni pintores. Ni sociólogos ni cantantes. Ni actores ni científicos. Los nuevos héroes mediáticos, los ídolos de los espectadores son un grupúsculo de famosillos (ex maridos, modelos en paro, cantantes de tercera) con hambre de gloria, aunque sea efímera, y un único mérito: aparecer hasta la saciedad en todos los programas del corazón. Una representación de ellos -exactamente 16- ya viaja rumbo a Bahía de Samaná, en la República Dominicana, para protagonizar la próxima edición de La isla de los famosos, que Antena 3 estrenará el miércoles 7 de mayo.

Paula Vázquez acompañará de nuevo a los expedicionarios y conducirá sobre la arena las sesiones de nominaciones y expulsiones. Nuria Roca se incorporará a la aventura; tras su debut como actriz en Javier no vive solo (Tele 5), vuelve a sus orígenes como presentadora para moderar los especiales del concurso de telerrealidad.

La cadena privada ha esperado sólo un mes para repetir suerte. En la primera edición, la victoria de la argentina Daniela Cardone fue seguida por más de 4,5 millones de personas (4.573.000 y 30,8% de cuota de pantalla). Pese a todo, la noche de la final, la serie de TVE Ana y los 7 le sacó a La isla de los famosos una ventaja de millón y medio. En los 30 días que el programa de supervivencia permaneció en pantalla obtuvo una audiencia media de 2.558.000 telespectadores (22,3%). Nada espectacular, pero suficiente para la alicaída temporada de Antena 3.

Coral Bistuer, ex campeona de taekwondo y actualmente contertulia de RNE; Jeaneatte Rodríguez, actriz popular gracias a vetustas telenovelas como La dama de

rosa; Pilar Soto, presentadora y ahora más conocida por sus escarceos amorosos con Marc Ostarcevic (ex marido de Norma Duval), que también se ha apuntado a la expedición, son algunos de los nuevos robinsones. A este plantel se suman otros desocupados: Asdrúbal (ex compañero sentimental de Bibiana Fernández), Jorge Salatti ( ex marido de la cantante Marta Sánchez), Santiago Urralde (colaborador en su día de Esta noche cruzamos el Mississippi) y Paco Vegara (presentador de televisión).

Tele 5, por su parte, seguirá presentando batalla con Hotel Glam (Hotel Glamour antes de que un juez obligara al cambio de nombre). Desde que abrió sus puertas para que entraran los bufones con más pedigrí de la corte del corazón (Dinio, Aramis Fuster, Tamara, Pocholo Martínez-Bordiú y Yola Berrocal), la cadena privada ha cosechado estimables índices de audiencia. La noche del estreno (6 de marzo), la llegada de los delirantes huéspedes fue seguida por casi cinco millones de personas (4.897.000, con un 26,9% de cuota).

Para mantener vivo el espectáculo, la cadena privada se reengancha a una nueva edición, a la que se incorporaron nuevos inquilinos como Chonchi (ex mujer de Pajares) e Israel (concursante de GH-1). La noche de su llegada, el jueves pasado, se saldó con una media de 3.559.000 espectadores (23,3% de cuota). A pesar de situarse como el segundo espacio más visto del día, quedó a una distancia considerable de Cuéntame, que obtuvo 6.795.000 seguidores (41%).

Éstos son hasta ahora los dos últimos exponentes de telerrealidad más pura y dura de la televisión española. A la vista de los índices de audiencia y de la creciente demanda del público, ávido por este tipo de formatos, las cadenas siguen explotando el negocio de la trivialidad. Como apunta el filósofo Salvador Pániker en su libro de memorias Variaciones 95, "existe hoy una tendencia a un exhibicionismo de lo banal. La gente habla y habla, los telespectadores miran y miran". "Ya no hay nada que ocultar. La privacidad es una ficción", remacha.

Los espectadores tienen a su alcance un rosario de riñas, insultos, intimidades sexuales, comentarios zafios y vulgares acusaciones, ingredientes que convenientemente aderezados persiguen que el espectáculo se mantenga vivo. Y para evitar que no decaiga, estos mismos personajes alimentan con su presencia numerosos programas. Crónicas marcianas, Día a día o A tu lado (Tele 5) han sabido rentabilizar el paso por los platós de estos maestros del vivir del cuento.