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El dinero de la tetrapléjica estafada pasó a la esposa de su abogado, según los peritos

La mujer del letrado negó saber que en su cuenta bancaria se ingresase la indemnización

El dinero que la inmigrante polaca Bernadetta Lewandovska debía recibir como indemnización por un accidente de tráfico (900.000 euros) fue directamente a una cuenta a nombre de su abogado, Luis Alberto Pinillos, y su esposa, María Luisa Lorenzana. Así lo confirmaron ayer los inspectores que investigaron el caso. El abogado murió en 1996, y el dinero se esfumó. Ayer, cuando el fiscal preguntó a los peritos policiales por el dinero, éstos declararon que fue a la cuenta del matrimonio. Dos días antes, Lorenzana negó saber que en su cuenta hubiese dinero de Lewandovska.

Los inspectores que siguieron el rastro de los 900.000 euros (150 millones de pesetas) de la indemnización que tenía que haber cobrado la inmigrante polaca Bernadetta Lewandovska ratificaron ayer lo que dijeron en los informes de la instrucción del caso.

Según estos documentos policiales, el dinero fue a parar a una cuenta del Banco de Castilla, abierta en una sucursal de Madrid, donde el abogado segoviano tenía también un despacho. Los titulares de la cuenta, siempre según los peritos policiales, eran el letrado ya fallecido Luis Alberto Pinillos y su esposa, María Luisa Lorenzana.

Los peritos también confirmaron que la indemnización concedida a la víctima tras sufrir el accidente en 1992 que la dejó tetrapléjica era de 900.000 euros, y no de 750.000 (125 millones de pesetas), como Pinillos dijo a su cliente.

La mujer del abogado, seis de sus ocho hijos, un ex secretario de Pinillos y un socio del abogado fallecido están acusados de ocultar el dinero de la polaca mediante un entramado de empresas. El fiscal pide para ellos entre 5 y 10 años de cárcel.

Una ex secretaria del abogado, que trabajaba en el despacho que éste tenía en Madrid, involucró ayer a la familia de Pinillos en la supuesta estafa: "Cuando mi jefe enfermó, su esposa [que también es letrada] era la que acudía todos los días al despacho". "Los hijos pasaban mucho tiempo con ella [cuatro de los vástagos son abogados también]. Supongo que estarían enterados de todo [lo referente a la indemnización]", afirmó.

La secretaria aseguró que su situación laboral en la empresa empeoró durante la enfermedad de Pinillos. "Estuve cuatro meses de baja por depresión. Ella [Lorenzana] me hacía la vida imposible. Es la peor persona que he conocido en mi vida. Me sentí humillada", declaró.

Otra secretaria del letrado, una administrativa que trabajaba actualmente para la familia Pinillos, contradijo la versión de la ex secretaria, ya que, según ella, María Luisa Lorenzana nunca trabajó en el despacho de abogados.

La ex procuradora de Pinillos dio otra versión intermedia.Relató que, aunque la viuda del letrado iba al despacho "esporádicamente", solía firmar documentos de su marido. "Era la que lo sustituía. Algunas veces vi a los hijos, sobre todo a José Miguel, que estudiaba allí todas las mañanas", añadió.

Otro de los testimonios apuntó ayer la maraña de empresas creadas supuestamente por el abogado para ocultar el dinero del seguro. Una empleada de Omnigestión, una de las empresas de Pinillos, declaró que en la compañía había "movimientos extraños de dinero y mucho secretismo". "A veces entraba mucho dinero, y otras muy poco", aseveró la trabajadora, que no supo precisar las cantidades.

"Poco rentable"

La empleada destacó que la despidieron "porque sus jefes consideraron que su trabajo no era rentable". Sus "jefes" eran, según la testigo, el abogado Pinillos y Santiago Vidaechea. "Vidaechea [también imputado] era el que daba la cara, mientras que Pinillos quedaba en la sombra", dijo.

La testigo se quejó de la forma en la que la despidieron: "Me trataron muy mal. Me cambiaron la cerradura para que no pudiera entrar. Cuando me echaron, reclamé mi dinero, pero no me lo dieron. Les demandé, pero no hicieron caso".

Tanto el fiscal como la acusación particular preguntaron a las dos secretarias de Pinillos si habían visto cuadros de valor o muebles caros en ambos despachos, el de Madrid y el de Segovia.

La primera de las que testificó, la empleada del bufete de Madrid, aseguró que había "pinturas abstractas de valor" y "muebles de estilo", pero no supo decir, a preguntas de uno de los abogados defensores, si uno de los cuadros era un Miró. La secretaria que trabajó para Pinillos en Segovia no confirmó que ese tipo de mobiliario estuviese en el despacho.

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