El Espai d'Art de Castellón muestra el arte más activista de los ochenta
"Hasta hace poco, la década de los ochenta era la del éxito fácil, pero hay otros ochenta". Juan Vicente Aliaga, uno de los tres comisarios de las tres exposiciones en las que se divide Micropolíticas. Arte y cotidianidad, se refirió ayer a esos "otros ochenta" como el escenario en el que se crearon las obras que componen la segunda muestra del ciclo que alberga el Espai d'Art Contemporani de Castellón. Imágenes "dolientes", pero con sentido crítico. Que presentan al sujeto como algo "frágil", que dan fe de la conciencia de cuerpo, "con un discurso plural y el predominio del espíritu de cooperación". Como indicó otro de los comisarios y director del museo, José Miguel García Cortés, ésta fue una década influenciada por la "hegemonía de los gobiernos derechistas" de Margaret Thatcher, en el Reino Unido, y Ronald Reagan, en Estados Unidos, con el recorte de libertades públicas y el rechazo a las manifestaciones artísticas cuestionadoras del orden social. Otra de las influencias fue la pandemia del sida y sus consecuencias físicas, ideológicas y culturales.
Trece son los artistas que participan en esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 22 de junio. Sólo Louis Bourgeois y Bruce Nauman repiten respecto a Micropolíticas I; el primero, con obras de contenido autobiográfico y, el segundo, con referencias a la violencia. Marlene Dumas, Cindy Sherman y Rosemarie Trockel hablan del feminismo y del papel de la mujer. Barbara Kruger y Jenny Holzer utilizan el lenguaje como arma. Robert Gober, Marcel Odenbach, David Wojnarowicz e Isidoro Valcárcel exponen también en esta muestra, que da la bienvenida con el Vehículo para la gente sin hogar, del polaco Krzysztof Wodiczko, y que enseña el diario personal de la artista Nan Goldin, en una instalación multimedia.
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