El uno con McManaman, el otro sin Beckham
"¡Qué sorpresa, McManaman!", exclamó ayer John Toshack, compartiendo el sentimiento de mucha gente en las gradas rojas de Old Trafford. El ex técnico del Madrid, ahora comentarista de un canal de televisión británico, no pudo reprimir una sonrisa al enterarse de la última decisión de los entrenadores del Manchester y el Madrid. El madridista, Vicente del Bosque, quiso poner a McManaman y Guti en la alineación titular. El escocés dejó al futbolista más popular del mundo en el banquillo. Sí, el de los reflejos dorados, David Beckham, saltó al campo taciturno, hundido en la vergüenza de presentarse ante su público con el cartel de actor secundario. La mayor sorpresa fue que su sustituto, Verón, no jugaba desde hacía mes y medio por una lesión de rodilla.
Los cambios suscitaron comentarios y especulaciones. La tarde, primaveral, arrastraba gente a puñados a través de todas las calles del polígono industrial de Trafford, preguntándose por qué. ¿Por qué Flavio al banquillo? ¿Por qué Macca, que sólo había jugado 323 minutos en Liga, diez partidos, sólo tres como titular? ¿Por qué Becks?
Beckham, un símbolo del Manchester, un canterano, se perdía el partido más importante de la temporada por decisión técnica. Ferguson prescindió de él contra el Arsenal y el Blackburn en los últimos partidos de la Liga inglesa, y el experimento le resultó satisfactorio. El mensaje parecía una sentencia: ya no le consideraba uno de los suyos. En su lugar, Solskjaer debería hacer de interior en una posición que no es la suya natural.
El otro perjudicado fue Flavio, el brasileño del Madrid. Llevaba varios días "hundido", según sus compañeros. Desde la derrota contra la Real, las críticas arreciaron en su contra: que si no sabía defender, sólo hacer faltas, que si perdía la mitad de los balones que tocaba -con suerte-, que no hacía juego... Todos los juicios estaban justificados y Flavio lo sospechaba. En el autobús que lo llevó al avión, en Barajas, parecía un hombre agobiado, como si sospechase su destino. En medio de un grupo de seguidoras madridistas muy ruidosas, preguntaba: "¿Cuánto dura el vuelo? ¡Tres horas! Ufffff...".
En medio de la confusión, el hombre más lozano era McManaman. De visita en el estadio de sus viejos enemigos futbolísticos, donde los hinchas lo recibieron con un "¡booooo!" cada vez que tocó el balón... el ex extremo del Liverpool no había soñado con un regreso semejante. Juan Verón tampoco. ¿Cómo respondería su cuerpo a la falta de rodaje competitivo? Toshack lo respondía: "Seguramente lo hará bien, muy motivado. Los problemas los tendrá el próximo partido. Ahí vendrá el bajón".
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