La policía estrecha el cerco sobre el supuesto 'asesino del naipe'

La policía está estrechando su cerco sobre el asesino del naipe, al que atribuye seis asesinatos en la provincia de Madrid. Los agentes ya tienen un sospechoso: vive en Madrid y sus características físicas coinciden con las del retrato robot que elaboró la policía gracias a la novia de una de las víctimas. Una persona, declarada testigo protegido, ha permitido seguir el rastro de este asesino en serie, que no ha vuelto a matar desde el 18 de marzo.

El retrato robot que elaboró la policía merced a la descripción que facilitó la novia del joven ecuatoriano que el 7 de marzo resultó malherido de un disparo en la cara, ha ayudado a los investigadores. Pero la pista principal la facilitó un hombre de la provincia de Madrid que telefoneó a la policía para comunicar que un vecino suyo tenía un gran parecido al retratado. Posteriormente, un testigo protegido le identificó como el supuesto autor del disparo contra el joven ecuatoriano. Pero aún faltan por atar otros cabos.

Tras disparar en la cara a Eduardo S. S., el asesino del naipe intentó también matar a la novia. Al ver ésta que su novio había sido tiroteado y que estaba abatido, se acurrucó en el suelo. El criminal también apretó el gatillo contra ella, pero se le encasquilló el arma y salió huyendo tras dejar un dos de copas sobre el joven. Éste, tras ser dado de alta, dice no recordar nada de los hechos.

Antes de este ataque, el llamado asesino del naipe supuestamente mató, el 24 de enero, a Juan Francisco Ledesma, de 50 años, portero del número 89 de la calle de Alonso Cano, aunque no dejó ningún naipe; su siguiente víctima fue el empleado de limpieza de Barajas Juan Carlos Martín Estacio, de 28 años, hallado muerto junto a un as de copas en una parada de autobús del barrio de la Alameda de Osuna; el tercer crimen, sin naipe, fue perpetrado 12 horas después en Alcalá de Henares, donde fueron asesinados Mikel Jiménez Sánchez, de 18 años, y Juana Dolores Uclés López, de 57; la siguiente acción criminal fue contra el joven ecuatoriano Eduardo S. S., de 38 años, sobre quien dejó el dos de copas. El asesino reapareció días después en Arganda del Rey, donde mató a un inmigrante rumano de unos 40 años y a su compañera. Junto a los cuerpos fueron hallados el tres y el cuatro de copas.