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EL ENREDO
Columna
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Tele-Bush, ¿dígame?

1. Tony Blair aparecerá

en un capítulo de Los Simpson. Los responsables de la serie pidieron su colaboración y el primer ministro británico aceptó encantado: grabó unas frases para que su voz apareciera en la serie acompañando al dibujo animado. La oposición, que lo critica todo, recriminó a Blair que se entretuviera en esas cosas en plena guerra. En España, en cambio, más de uno daría lo que fuera para que Aznar dejara de jugar a las guerras y se fuera a vivir con Los Picapiedra.

Seguro que Ánsar sabe cómo manejar el tema. Le sobra mano izquierda. Y tiene mucha experiencia en compañeros de viaje de Sadam

¿Acaso un político puede aspirar a algo más que convertirse en dibujo animado? Ya ha dicho Pujol que, a veces, las ambiciones excesivas terminan en fracaso. Y mientras lo decía no miraba a nadie, ¿sabes? Ay, Ánsar, Ánsar, a ver cómo te sale el recado de Siria.

-¡Ánsar! ¿Cómo estás?

-Para usted, siempre fenómeno, señor Bush.

-Anda, vete a Siria y llévales esta cestita con un queso, un pastel, un tarrito de miel y un aviso de bombardeo. Cuando pases por Damasco, fíjate bien en los edificios, para pedirte lo que quieras cuando llegue la reconstrucción.

2. Rumsfeld y Bush

ya venían hablando de Siria en el idioma de Gila: "Aquí alguien tiene armas químicas; aquí alguien va a bombardear a alguien". Habló Gran Bretaña, habló Francia, habló Alemania, habló Israel... "Qué raro", pensaba yo, "que Ánsar no diga nada, siendo un líder de primera división". Es verdad que estaba ocupado exigiendo a gritos a Zapatero que no crispe y que condene los fusilamientos de Cuba, la guerra del Congo, el terrorismo etarra, la invasión de Abisinia y el precio de las coquinas, pero aun así extrañaba el silencio de Ánsar sobre Siria. Luego ya entendí: estaba esperando la llamada de Bush para no dejar en ridículo al presidente de EE UU. Imagínense que primero habla Ánsar: todo el mundo vería que Bush opinaba lo mismo y le acusarían de hacer seguidismo del líder español.

Una vez aceptado el encargo de Bush, salió Mariano Rajoy diciendo que ni hablar, que en Siria no hay armas químicas y que no a la guerra; y Aznar añadió que Siria es su amiga y que con sus amigos no se mete nadie, ¿entendido, Bush? Bueno, hombre, bueno. Ahora, con el susto de las municipales, capaces son de pasarse de rosca por el otro lado y declarar la guerra a Estados Unidos.

3. Total, que llega Ánsar a Siria:

-Pues sí, señor... señor... Disculpe, pero he olvidado su nombre. No tengo costumbre en lo que los expertos llamamos esfera internacional. Permita que le llame señor Sirio. De parte de Bush, pero de forma completamente autónoma, y aprovechando las tradicionales buenas relaciones entre España y el mundo árabe, que te rindas.

Seguro que Ánsar sabe cómo manejar el tema. Le sobra mano izquierda. Y tiene mucha experiencia en compañeros de viaje de Sadam Husein. Nada menos que toda la oposición española, según sus cálculos. Y lo de andar en motocicleta de repartidor de Tele-Bush le sale bordado. Ya practicó en México: "Tele-Bush, señor Fox, para pedir su apoyo a la guerra de Irak". Ay, Ánsar, Ánsar, qué injusto es Pujol. ¡Insinuar que tus ambiciones son excesivas!

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