Alonso se pone en su sitio

"Fer, eres más rápido que la luz". Así rezaba una de las pancartas que colgaban el viernes de la tribuna principal del circuito Enzo y Dino Ferrari, de Imola (Italia), donde hoy (14.00, La 2) se disputará el Gran Premio de San Marino de fórmula 1. Tras verla al término del primer entrenamiento cronometrado, Fernando Alonso comentó: "Me parece que, después de lo que he hecho, van a enrollarla y a llevársela a casa". En esa primera sesión oficial, la que decidía los puestos desde los que los pilotos encarararían la prueba de clasificación definitiva para la parrilla, había quedado el 13º. Pero ayer, en los entrenamientos finales, seguía en el mismo sitio. Por añadidura, acompañada de otras también con el español como protagonista.

No es que las cosas fueran ayer para lanzar cohetes. Porque, desde que consiguiera la pole en el turno de Malaisia, parece Alonso obligado a que todos los días sean fiesta. Pero al menos acabó en una digna octava posición, por lo que hoy se pondrá en marcha desde la cuarta fila en una salida encabezada por el alemán Michael Schumacher.

Ese octavo puesto es, según reconoce él mismo, el lugar natural de Alonso, el que realmente le corresponde dadas las diferencias de potencia, que en algún caso rozan los 100 caballos, entre su Renault y los coches de los tres equipos llamados a mandar en la competición: el Ferrari, el Williams y el McLaren. Otra cuestión es que las circunstancias de cada carrera, la táctica de Renault o el trabajo desarrollado en el chásis y la aerodinámica del bólido, amén de su calidad, hayan llevado a Alonso a subir dos veces al podio en las tres carreras disputadas.

Ayer, durante algunos minutos, el sueño de superar a los más grandes rondó de nuevo por la mente de cuantos trabajan en Renault. Porque Alonso llegó en un momento dado a tener la vuelta más rápida: 1m 23,169s. Antes que él habían arrancado los habitualmente más retrasados del pelotón y con todos pudo. Su compañero, el italiano Jarno Trulli, también quedó por detrás. Al ocurrirle lo propio a uno de los pesos pesados de la competición, el británico David Coulthard (McLaren), se dispararon las esperanzas de que Alonso repitiera su proeza malaya, cuando se convirtió en el corredor más joven de la historia en conseguir una pole position.

"Que llueva, por favor; que se ponga a llover ya mismo". José Luis, el padre de Fernando, miró al cielo, en cuanto vio que su hijo marcaba el mejor tiempo, soñando con que las predicciones meteorológicas, que anunciaban lluvia para esos instantes, se cumplieran y fueran en perjuicio de quienes quedaban por salir. Pero no se cumplieron. Fallaron, sí, el francés Oliver Panis (Toyota), el italiano Giancarlo Fisichella (Jordan), el alemán Heinz-Harald Frentzen (Sauber) y el citado Coulthard. Pero llegó el turno de la otra gran sensación de la temporada, el finlandés Kimi Raikkonen, actual líder del Campeonato del Mundo, y con su McLaren rebajó por 21 centésimas de segundo el tiempo del español.

Otros seis pilotos fueron finalmente más rápidos que Alonso, que, aun así, no perdió la sonrisa y consideró "normal" el resultado. Normal es no ganar todos los días a los Ferrari de Schumacher y Rubens Barrichello o a los Williams de Ralf y Juan Pablo Montoya. Hasta ahora, aparte el pelotazo de su primera posición en Malaisia, había sido el décimo en Australia y Brasil. Y luego acabó el séptimo en el primer gran premio y el tercero en la disparatada y accidentada cita suramericana.

Los meteórologos, que no el cielo, anuncian lluvia para hoy, un detalle que podría ser favorable para Alonso. "¿Qué más da que sea bueno para mí si es malo para el espectáculo?", reflexionaba, sin embargo, tras la sesión de ayer; "además, el agua convierte esto en una lotería, como se vio en Brasil, y nadie quiere eso".

El caso es que Alonso arrancará hoy en la mitad del pelotón como lo hizo en Australia y como lo hizo en Brasil. Poco se puede elucubrar teniendo en cuenta que la cantidad de combustible que cada vehículo llevaba ayer pertenece al secreto del sumario. Con los mismo litros con los que se abandonaron, saldrán hoy los coches, según exigen las nuevas reglas. Las paradas a repostar y la lluvia, si aparece, dictarán la sentencia.

Lo visto hasta ahora sólo permite deducir que la lógica aún tiene algo que decir en la fórmu-la 1, donde los motores del Ferrari de Michael Schumacher o del Williams de su hermano, Ralf, superan al Renault número 8, el de Alonso, que arrancará precisamente ahí, el octavo, tranquilo y confiado: "No tiene mala pinta, ¿verdad?", preguntó, buscando la complicidad de los miembros de su equipo. "No, no la tiene", le respondieron.