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Crónica:BALONCESTO | Liga ACB
Crónica
Texto informativo con interpretación

Felipe Reyes, el amo de la zona

Al irregular Tau, campeón vigente, se le dificulta su pase a la fase decisiva

El Estudiantes ganó por insistencia a un Tau tan inconstante que no tiene segura, ni mucho menos, su presencia en las eliminatorias por el título. Fue un partido irregular, pendular, resuelto al desgaste. No se ajustó a un canon; más bien, a las leyes de la anarquía. En esa lucha por ver quién martilleaba más al contrario pesó demasiado Felipe Reyes. Sus 20 rebotes pudieron más que la nueva llamada a la épica de los jugadores de Dusko Ivanovic.

El Tau y el Estudiantes son dos equipos imprevisibles. No se sabe por dónde van a salir. Y salió más caliente el de Pepu Hernández. La pareja de aleros Jasen-Jiménez se llevó los laureles al principio. Ellos terminaron las jugadas. Pero, en realidad, el partido se cocinó bajo los aros. Ahí el Estudiantes tiene a Felipe Reyes, un jugador fiable que ha dado el gran salto esta temporada.

TAU 87 - ESTUDIANTES 94

Tau Cerámica: Calderón (5), Foirest (16), Nocioni (17), Scola (14) y Wolkowyski (2) -equipo inicial-; Palladino (3), Corrales (5), Griffith (12), Gadou (8) y Vidal (5).

Estudiantes: Brewer (7), Jasen (8), Jiménez (17), Vidaurreta (10) y F. Reyes (21) -equipo inicial-; Azofra (7), Keefe (2), Loncar (16), Gabriel (2) y Miso (4).

Árbitros: Betancor, Arteaga y Conde. Eliminaron por faltas a Calderón (m. 40), Scola (m. 41), Brewer (m. 43) y Azofra (m. 44).

Unos 8.450 espectadores en el Buesa Arena.

El pequeño de los Reyes, además de pulir su bravura y su clase, ha aprendido a ser un líder. Y una de sus llaves secretas para abonarse a las dobles figuras es el saberse colocar en la zona. Todos los rebotes caían a sus manos, sobre todo en la canasta del Baskonia. El Tau jugó en la práctica sin pívots en el primer tiempo. Reyes se los devoró. Scola se anuló a sí mismo, demasiado impaciente por ir directo hacia el aro. Y Wolkowyski no participa, juega con parsimonia y le falta el sello de agresividad de Ivanovic.

Al Tau no se le reconocía. O sí, porque el equipo campeón de la pasada campaña juega este año con indefinición, con una defensa variable y poca personalidad. Pero con él nunca se sabe. Es capaz de sacar de la nada el sentido de la épica que ha interiorizado en los tres años con Ivanovic como director espiritual. Así, al 14-25 del primer cuarto contestó con un 28-13 en el segundo. Fue una primera mitad de extremismos.

Ivanovic cambió de pareja de pívots. En vez del talento de Scola, plantó un torreón, Griffith. En vez de la supuesta buena mano de Wolkowyski, el oportunista Gadou. Y sobre ellos, en especial el norteamericano, levantó el Tau un partido que se le venía encima. Corrales, que intervino poco pero dio sentido al juego, cambió la marcha y el Estudiantes no interpretó lo que se estaba produciendo. El Tau había apostado por los suplentes. El recurso de Reyes se quedó corto para un equipo que no supo frenar la velocidad a la que se movía la pelota. Brewer cayó en su habitual error de querer acaparar todo el juego y se autoexcluyó acumulando faltas. Azofra tampoco supo parar la avalancha.

El Tau pasó de perder por 13 puntos a amasar una ventaja de siete. Pero, en una muestra más de la irregularidad del partido, no supo administrarlo. Con Grif-fith cansado -ha estado dos meses lesionado-, Scola y Nocioni debían sentenciar, pero volvieron tan acelerados como al principio. Carlos Jiménez puso el contrapunto. El alero, pausado, siempre constante, sumó en todas las casillas de la estadística. Y, por supuesto, Reyes, que otra vez vio un descampado debajo de los aros. Incansable, resistió más que nadie. Incluso en la prórroga.

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