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Reportaje:LA TRANSICIÓN EN IRAK | La economía

El coste de dos guerras en el Golfo

La región perdió 600.000 millones de dólares y 5 millones de empleos por la primera guerra del Golfo. La segunda disparará la factura

"En los últimos 12 años, la guerra ha sido la responsable directa de que la región perdiese unos 600.000 millones de dólares en ingresos. Ahora, como consecuencia del último conflicto en Irak, esas pérdidas se incrementarán hasta el billón de dólares. La guerra también ha frustrado la creación de entre cuatro y cinco millones de puestos de trabajo. Contando la contienda que acaba de concluir, esta cifra se elevará en otros dos millones". Estas palabras figuraban en un discurso pronunciado en Beirut el pasado lunes por el egipcio Mervat Tallawy, secretario ejecutivo de la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas para el Oeste Asiático (ESCWA, en sus siglas en inglés).

El impacto de ambas guerras para las economías de Irak y sus vecinos será por tanto, de un billón de dólares, una cifra casi equivalente al producto interior bruto (PIB) español de dos años.

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El conflicto ha reducido el comercio regional y el turismo

Desde la primera guerra del Golfo, en 1991, el ritmo de crecimiento de la renta per cápita de los países árabes ha sido, en promedio, el más bajo del mundo. De hecho, en muchos países ha decrecido. Irak estaba a la altura de Portugal antes de la guerra de 1991 y ahora está al nivel de Somalia.

La permanente situación de conflicto en la zona, real o latente, se ha visto agravada por "el constante descenso de la inversión en la región y de los ingresos por transporte y turismo, además del declive del comercio intrarregional entre los países árabes", según Naciones Unidas. Añadido a esto, "el gasto militar en la zona ha duplicado la media mundial en la última década, y todos los costes de seguros y reaseguros se han disparado, además de otros costes que han hundido prácticamente todo el comercio regional. A ello hay que sumar la destrucción de edificios e infraestructuras". La Comisión de Naciones Unidas para el Oeste de Asia necesita un "periodo de reflexión", según Mervat Tallawy, al objeto de "reconsiderar su función y sus prioridades".

El impacto de la última guerra en Irak en las economías de la región ha sido, en general, muy negativo, aunque de forma muy desigual, pues depende de la estructura de cada país. Para las economías dependientes de los ingresos por las ventas de crudo del golfo Pérsico, la guerra ha supuesto una pérdida de unos 10 dólares por cada barril de crudo vendido. La llamada prima de guerra, que llevó el precio del crudo hasta los 34 dólares en los meses previos al inicio del conflicto, desapareció en cuanto comenzaron las hostilidades, el pasado 20 de marzo. El barril cotiza actualmente a unos 25 dólares.

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Otras economías de la región sufrirán directamente el impacto de la desaparición casi por completo del comercio con Irak e incluso la interrupción de los intercambios, puesto que el territorio iraquí conecta varios mercados. Tal es el caso de Jordania o Turquía que, además, se verán perjudicados por los efectos adversos del conflicto sobre el transporte aéreo y el turismo.

El declive de este último sector se notará fundamentalmente en Egipto, Marruecos y Túnez. Otros países, como Siria, se verán afectados incluso por la escasez de energía, puesto que la mayor parte -si no todo- del petróleo importado por Damasco procede de los yacimientos de Irak. Aunque se espera que las exportaciones de crudo iraquíes se restablezcan antes de que finalice el próximo mes, la interrupción del suministro, aun cuando sea parcial, afectará a la actividad de la economía siria.

Kuwait es, de lejos, el país que mejor capeará la guerra. El elevado precio del crudo durante los meses previos al conflicto proveyó de muy buenos ingresos a las arcas estatales. El país es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, con una producción que en marzo pasado llegó a los 2,20 millones de barriles diarios. Las pequeñas y medianas empresas kuwaitíes se beneficiarán también de los contratos de suministro a las fuerzas británicas y estadounidenses.

Por contra, los territorios palestinos serán los más perjudicados, puesto que se financian principalmente a través de la ayuda exterior. Palestina se verá directamente afectada por la desviación de donaciones de países árabes y otros organismos a la reconstrucción de Irak.

Recientemente, la autoridad palestina informó de que el Banco Mundial había pospuesto la creación de un fondo de 100 millones de dólares para financiar la creación de pequeñas y medianas empresas palestinas. La economía de estos territorios ya está, por otra parte, en una situación desesperada tras dos años de Intifada. El 60% de los palestinos vive con dos dólares diarios o menos, el número de pobres ha pasado de 637.000 a dos millones y el paro se eleva al 53%. El coste de la Intifada (la revuelta contra la ocupación israelí) se ha calculado en unos 5.000 millones de dólares.

Un soldado estadounidense camina entre los escombros en el interior de uno de los palacios presidenciales de Sadam Husein en Bagdad.
Un soldado estadounidense camina entre los escombros en el interior de uno de los palacios presidenciales de Sadam Husein en Bagdad.AFP

Una zona incomunicada

La falta de infraestructuras de comunicación es uno de los principales problemas para el desarrollo económico de Oriente Próximo.

La Comisión de Naciones Unidas para el Oeste Asiático tiene como prioridad obtener financiación para una red de carreteras en la zona.

El acuerdo para crear ese entramado de rutas terrestres ya fue suscrito entre los 13 miembros del ESCWA (Bahrein, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Siria, Emiratos Árabes Unidos y Yemen). Ahora, el objetivo de la ONU es que estos países también se comprometan a crear sistemas integrados de transporte ferroviario y aéreo.

Un funcionario de esta comisión de la ONU comentaba que espera que, tras el conflicto de Irak, la región se encamine hacia un periodo de paz y de prosperidad que no ha podido tener en más de 50 años.

En todo ese tiempo, y tras guerras que involucraron a Egipto, Siria, Irak, Irán, Kuwait y Líbano, la creación de infraestructuras para la prosperidad de una región comercial ha sido imposible. Incluso las pocas infraestructuras creadas en los tiempos de tregua fueron destruidas más tarde. Ahora, según la ONU, es el momento de unir estos países empezando por el comercio.

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