Adiós a Pepe Pérez Sanfélix

La muerte de Pepe Pérez Sanfélix ha sido la más sentida. Los profesionales que hemos trabajado con él, hemos perdido más que un jefe, un compañero o un amigo. Como todo eso y más lo queremos. Hemos crecido a su lado como personas y como profesionales. Ese es nuestro privilegio. Unidos en el dolor, también lo estamos en la responsabilidad de seguir sus huellas. Respetado y querido, encarnó con coherencia el compromiso con la dignidad del ser humano y con sus derechos inalienables. Derechos de los que podemos estar seguros, sólo si alcanzan también a los más excluidos: a los enfermos mentales graves. Su profundo convencimiento ético nacía de su trato cotidiano con los pacientes y se articulaba con una polifacética cultura humanista en la que sobresalía su íntimo regocijo en la música y la literatura. Disponía de una certera e inteligente intuición que trascendía el momento concreto. Su fundamentado idealismo se manifestaba con sensatez, sentido crítico y un saludable escepticismo. Fue honesto, caballeroso y una bellísima persona. Y tenaz, íntegro e ilusionado, y se incorporó al empuje de sus coetáneos por una sociedad sin excluidos. Era un hombre de izquierdas que se ganó el respeto de todos. Como no excluyó a nadie tampoco practicó la discriminación con nadie. Entró en la política en su sentido más elevado, y no en sus trapicheos. Fue un jefe accesible y empático que comunicó su entusiasmo a los que recorrimos con él tramos del camino. Escuchaba a todos y convencía con el silencio, el carisma y su fuerza interior. Sus desvelos no fueron inútiles. Los lugares donde trabajamos, los modos en que realizamos la faena, la complicidad que nos une como seguidores suyos y el río en que beben los más jóvenes de entre nosotros son el resultado de su empeño. Los manifiestos que redactaba llenos de tachaduras se convirtieron en planes de salud mental bien fundamentados. Y éstos en recursos para todos. Sin tenerlo a él va a sernos muy difícil seguir. Gracias y hasta siempre de todos los que hemos tenido la suerte de trabajar y quererte a un tiempo.