John Paul Getty Jr, filántropo ex magnate del petróleo
John Paul Getty Jr, fallecido el jueves en Londres a los 70 años, era uno de los hombres más ricos del mundo, y quizá el más generoso. Resulta imposible calcular cuánto dinero donó para las causas más diversas. Más de 200 millones de dólares, sin ninguna duda. Ayudó a museos, a pianistas sin piano, a focas atrapadas en tormentas, a mineros en huelga... Fue casi toda su vida adicto al alcohol y a la heroína. Tenía más de 50 años cuando logró rehabilitarse, gracias, según él, al apoyo de su tercera esposa, la británica Victoria Holdsworth.
La vida de J. Paul Getty Jr contuvo, pese al dinero, grandes dosis de miseria. Su padre, J. Paul Getty, fundador de la petrolera Getty Oil y, en su tiempo, el hombre más rico del planeta, era un tipo tan brillante para los negocios como cruel y mezquino para sus familiares. Se le atribuyen numerosas frases que le definen. Ésta, por ejemplo: "Los mansos de espíritu heredarán la Tierra, pero no los derechos de extracción de crudo". O esta otra: "Si puedes contar tu dinero, es que no tienes mil millones de dólares". Era tacaño hasta la caricatura: en sus mansiones sólo tenía teléfonos de monedas.
Con un padre así, la vida de Getty Jr, nacido el 7 de septiembre de 1932, estaba marcada de antemano. Tras breves estancias en la Universidad de San Francisco y en el Ejército de Estados Unidos, se hizo cargo de la delegación en Italia de Getty Oil. Dimitió al cabo de seis años por aburrimiento y se lanzó de lleno a disfrutar la permisividad de los años sesenta. Se dejó el cabello largo, adoptó un vestuario altamente colorido y se aficionó a las drogas y las fiestas. En 1967 se divorció de su primera mujer, Gail, con la que había tenido cuatro hijos en 11 años de matrimonio. Poco después se casó con Talitha Pol, una modelo nacida en Bali.
Las fiestas concluyeron bruscamente en 1971, cuando Talitha murió en Roma por una sobredosis. Ese mismo año, John Paul III, uno de sus hijos con Gail, fue secuestrado y mantenido en cautividad durante cinco meses. El viejo Getty se negó a pagar rescate hasta que los secuestradores cortaron al chico una oreja y se la enviaron en un sobre. Finalmente, el viejo se desprendió de 3,4 millones de dólares y pagó la libertad de John Paul, que más tarde sufrió una embolia causada por su politoxicomanía y quedó parapléjico y casi ciego.
Getty Jr se trasladó a Londres al año siguiente y se encerró en una mansión de Chelsea, junto al Támesis. Oculto a todos, protegido por muros y vigilantes armados, se dedicó con intensidad al ron y la heroína. Carecía de vida pública. Sus contactos con el exterior se realizaban a través de abogados.
Tras la muerte del viejo Getty, en 1976, y la venta de Getty Oil a Texaco, en 1984, Getty Jr heredó directamente una pequeña cantidad e indirectamente, como principal responsable de los fondos en que se había invertido la fortuna familiar, una fortuna estimada en 2.000 millones de dólares.
Getty Jr recuperó el contacto con la realidad gracias a Victoria Holdsworth, una inglesa que fue durante años su novia y con la que se casó en 1994. Victoria hizo de Getty Jr un enamorado de Inglaterra. El millonario decidió dedicar el resto de su vida a ayudar a quien lo necesitara, con preferencia por lo británico. En 1985 donó 63 millones de dólares a la National Gallery de Londres y 32 millones al British Film Institute. Ese mismo año proporcionó una suma indeterminada a los mineros de carbón que protagonizaban una durísima huelga contra Margaret Thatcher. Getty Jr acompañó el dinero con una declaración en la que dijo sentirse "privilegiado por ser heredero de una inmensa riqueza" y, "como simple custodio de ese dinero", deseaba utilizarlo "en beneficio de gente que lo necesita más que yo". Utilizaba muy poco su yate de 90 metros, uno de los más grandes del mundo, bautizado Talitha G por su fallecida segunda esposa. Prefería prestárselo a amigos como el príncipe Felipe de Edimburgo, el ex primer ministro John Major o el actor Michael Caine, o alquilarlo y donar los beneficios a instituciones benéficas.
En 1986, la reina Isabel II le concedió el título honorario de Caballero Comandante de la Más Excelente Orden del Imperio Británico, por sus obras de caridad. Al año siguiente obtuvo la ciudadanía británica y en 1988 recibió el título de sir. "Cuando escucho el himno nacional", declaró tras su investidura en el palacio de Buckingham, "me siento muy orgulloso de ser británico. Me gusta la vida británica, me gustan los británicos, me gusta su historia y me gusta su futuro".
El pasado lunes, J. Paul Getty Jr ingresó en una clínica londinense con una enfermedad cardiorrespiratoria. Su médico, el doctor John Goldstone, anunció la mañana del jueves el fallecimiento.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.