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LA NOTICIA EN LA RED

Grupos de presión pugnan por estar en la reconstrucción tecnológica de Irak

Instalar las nuevas redes de voz y datos requiere la inversión de 1.500 millones de dólares durante un periodo de ocho años. Ciudadanos iraquíes subastan a través de eBay 'souvenirs' de Sadam Husein

Irak es una tarta desecha, pero muy golosa. Mucho antes de que las tropas norteamericanas invadieran el país, otros ejércitos de ejecutivos y políticos iniciaron su propia guerra: disputarse los contratos para reconstruir las diferentes infraestructuras, entre ellas las tecnológicas, que el Gobierno de EE UU piensa conceder.

Grandes compañías de todo el mundo intentan llevar el agua a su molino y participar en la posguerra para modernizar un país devastado por las bombas aliadas. Estados Unidos lleva las riendas, pero Francia, Alemania y Rusia han declarado su intención de que la ONU sea parte activa en la reconstrucción. Se espera tratar el tema en la cumbre de Atenas de la Unión Europea iniciada ayer. El Gobierno español ha afirmado encontrarse en posición de privilegio, pero no ha trascendido si alguna de las empresas españolas que, según dicen, serán subcontratadas son tecnológicas.

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Sin embargo, telecomunicaciones e informática no son las prioridades. Llegarán tras arreglar las infraestructuras básicas, según ha comentado recientemente el portavoz de la Agency for International Development (USAID), oficina federal de ayuda al desarrollo internacional que realiazará la contratación.

Prueba de lo que está en juego es la reacción virulenta del senador republicano Darrell Issa, que el mes pasado propuso una ley que impusiera la tecnología CDMA en la nueva red de telefonía móvil de Irak, en contra del GSM "europeo, demasiado francés", como Issa considera este sistema. Esta medida pretende beneficiar Qualcomm y Lucent: la mayoría de las patentes del sistema CDMA es propiedad de Qualcomm, que afirma trabajar en un chip dual CDMA-GSM. La también norteamericana Motorola, más realista, ha dicho que prefiere la opción GSM, dado que Irak está rodeado de países que utilizan ese sistema. La empresa francesa Alcatel fue la encargada de reconstruir las líneas telefónicas tras la primera guerra del Golfo. Ahora, Sprint y WorldComm andan detrás de las redes de voz y datos.

La agencia encargada de controlar in situ los trabajos es la Office for Reconstruction and Humanitarian Assistance (ORHA), Jane's y el Center for Strategic & International Studies han decidido formar a los empresarios con intereses en Irak; el 1 de mayo ofrecen una conferencia a puerta cerrada en Washington. La consultora Gartner tiene claro que la reconstrucción es una gran oportunidad para contratar ingenieros de telecomunicaciones norteamericanos en paro. Se les anima a enviar a las empresas ganadoras currículos en los que expresen su disponibilidad para viajar: "El dominio del árabe son puntos, pero no un requerimiento".

Los cuatro millones de exilados iraquíes también quieren su papel. Ahmed Al-Hayderi, miembro del grupo de trabajo de infraestructuras que huyó del país en 1980, cree que muchos ejecutivos de empresas tecnológicas podrían participar. Ya lo ha hecho un grupo de 240 exilados que han realizado recomendaciones a la agencia Future of Irak Project.

Una de las iniciativas no gubernamentales destinadas a proporcionar ayuda tecnológica a Irak es el proyecto CITRI. Se trata de subastar con objetivos benéficos nombres de dominio con el sufijo .iq (de Irak), inexistentes por las sanciones económicas.

Mientras se dictaminan los beneficiarios de los contratos y llegan las ayudas, la población se busca la vida subastando a través de eBay todo lo que pilla: desde billetes de banco con la imagen de Sadam a un tenedor supuestamente robado de un palacio presidencial.

Mientras, la Cruz Roja ha abierto en la Red un servicio para localizar a familiares iraquíes.

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