Ópera, ruido y asfalto

Hace pocos días, nuestro insigne músico García Asensio hacía pública una nueva queja sobre el futuro Palau de les Arts de Valencia: la sala es excesivamente reducida para el aforo habitual de una representación operística. Esta crítica se queda pequeña, sin embargo, en relación con otra de mayor importancia: la de la imposibilidad de hacer utilizables las dos salas descubiertas a causa del colosal ruido producido por el tráfico que rodea el edificio. Me parece que para paliar este grave inconveniente, se ha olvidado una posibilidad.

Estoy refiriéndome al recubrimiento de las calzadas con pavimento o asfalto anti-ruido, tal como se ha hecho en el recién inaugurado nuevo tramo de la ronda norte. Por supuesto, para que ello fuera efectivo haría falta que aplicara en todas las calles, plazas y rotondas que rodean nuestro nuevo coliseo, puesto que el más ligero ruido o rumor lejano puede deslucir considerablemente, si no destrozar, el mejor de los espectáculos, y a la larga desacreditar estas originales salas, e incluso el complejo de la Ciutat de les Arts i les Ciències. Creo que la multimillonaria inversión y la calidad de los espectáculos exigen que no se pongan reparos a estas soluciones que, con un mínimo desembolso pueden aportar mejoras considerables.