Sobre 'Esa enfermedad', 1

Señora Ana Palacio, me dirijo a usted después de haber leído su artículo publicado en EL PAÍS el viernes 4 de abril, titulado Esa enfermedad. Yo, como usted, he padecido un cáncer y he sido tratada durante un año entero con quimioterapia. Coincido con usted en que esta experiencia produce "una transformación interna que hace valorar la vida propia y ajena como el bien más preciado a la vez que el más frágil".

Dicho esto, no comprendo su actitud ante la guerra de Irak. Porque, dígame usted, que ha visto la muerte de cerca, que desgraciadamente habrá sufrido como todos por pérdidas irreparables e inevitables, cómo puede defender en la ONU, como lo hizo (yo la escuché atentamente), una invasión a Irak que era perfectamente evitable, y usted lo sabía; que iba a suponer y ha supuesto la muerte de tantos civiles reflejada en esas imágenes del horror más absoluto.

Mírelas bien: ellos (los civiles) no podrán curarse, ellos no tendrán las posibilidades que usted y yo hemos tenido, ellos no pueden citar a Susan Sontag ni a Montaigne, a ellos sólo les queda la desesperación. Los que queden vivirán, si lo hacen, porque respiran, pero eso no es vivir.

No contribuya a esto, por favor, y menos en mi nombre. Yo soy una mujer española que no me siento representada por esteGobierno. Esto que están haciendo es una infamia. No me nombre a Sadam, nosotros tuvimos a Franco. Sí, los comparo, porque muerte y torturas aquí también las hubo, pero tuvimos la "suerte" de no ser uno de los países más ricos del mundo en petróleo. No a la guerra.